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Mykonos (versión express)

Como les conté en la entrada anterior nuestro viaje por Grecia continuó en Mykonos, isla a la que decidimos volver sencillamente porque es hermosa. 



En nuestro primer viaje nos habíamos alojado en el pueblo, llamado Mykonos Town o Chora, pero esta vez elegimos una de las playas: Platys Gialos adonde se podía disfrutar de la playa y llegar al pueblo con facilidad. Esta vez estuvimos sólo dos días y medio así que si quieren saber un poco más de la isla les recomiendo leer mi post anterior porque aquella vez alquilamos un pequeño jeep para recorrer varias de las fabulosas playas. 


Un poco de historia.

La leyenda cuenta que Hércules venció a los Gigantes en esta isla y que las rocas que aparecen aquí y allá son sus cuerpos petrificados. El nombre de la isla refiere a "pila de rocas" o "área rocosa" pero también se lo asocia con el héroe local Mykonos, hijo de Anios, rey de Delos, que a su vez era hijo de Apollo.

La isla fue habitada por los fenicios, más tarde los romanos y el Imperio Bizantino, los venecianos y los otomanos y en el siglo XIX sus habitantes, excelentes marinos, tuvieron gran participación en la revolución y en 1822 lograron repeler a los turcos en su camino hacia la liberación. 

Con la nueva Grecia Mykonos floreció gracias a la burguesía y a buenas relaciones con varios países de Europa pero la apertura del canal Corintio su economía decayó causando una gran emigración hasta que en los años 30 el turismo se convirtió en su principal recurso. 

Es cierto que esta es una isla súper conocida y demasiado invadida por el turismo y que hay decenas de islas en Grecia que merecen ser visitadas porque conservan mejor su identidad y son igual o más bellas. Probablemente esto sea cierto y sueño con un tercer viaje a este país para por fin explorar otros destinos, pero en mi experiencia no se van a arrepentir de visitarla, la isla es bellísima por naturaleza y la arquitectura original le da mucho encanto y si bien sobre todo el centro de Mykonos está totalmente dedicado al turismo todavía conserva ese cierto aire de pueblo pesquero que debe haber tenido antes de hacerse conocida. Además las playas son fabulosas, los atardeceres inolvidables, la comida exquisita y tiene todo para pasarla muy bien. 

Recuerdo la exposición de un español especialista en turismo que escuché hace un par de años, él dijo que a los que viajamos nos gusta decir que no somos turistas, que estamos más allá del estereotipo pero la realidad es que todo aquel que viaja por placer, no por trabajo ni por razones de salud, es turista y después de todo, qué tiene de malo ser turista y actuar como tal yendo a los lugares populares y sacándose fotos un poco ridículas? Yo digo que nada, así que en cuanto se pueda... a viajar como si el mundo se fuera a acabar!

Al igual que con Santorini espero que mis fotos los ayuden a transportarse a ese pequeño paraíso más en estos momentos en los que viajar está permitido sólo para unos pocos. 



Chora, o Mykonos Town, es el centro de la isla. Allí está el puerto y la mayoría de los restaurantes, hoteles y comercios. Tiene un paseo costero hermoso adonde podemos encontrar las iglesias de Agios Nikolaos y Agia Anna, el mercado de pescados que sigue activo por las mañanas y el busto en honor a Manto Mavrogenous, una mujer rica que en el siglo XIX destinó toda su fortuna a apoyar la causa helénica y la revolución. 


Las calles internas nos recuerdan que este es un antiguo y típico pueblo de las islas cícladas con su casas blancas, pasajes angostos, algunos con unos anchos imposibles, cruzados por escaleras en tonos azules y las hermosas santa ritas (buganvillas). Las antiguas viviendas hoy son comercios, restaurantes y hoteles pero  adentrándose por los callejones todavía se encuentran residentes locales. Es un paseo genial de día o de noche. 



Justo al lado de Chora está la llamada Pequeña Venecia, Little Venice, un conjunto de edificaciones directamente sobre el mar que se convirtió en una postal de la isla y es un sitio ideal para ver esos atardecer mágicos. 



Siguiendo hacia el sur están los famosos molinos que dejaron de funcionar como tales hace tiempo pero se han convertido en un gran atractivo (y escenario ideal para esas turísticas de las que les hablaba).  



Como les conté al inicio en este viaje elegimos alojarnos en un hotel de playa en Platys Gialos porque aunque nuestra visita fue corta queríamos disfrutar un poco del mar y tomarnos un buen descanso. Lo logramos en esta linda playa que tiene varias ventajas para una estadía de este tipo: hay varios hoteles para elegir, muchos directamente sobre playa, está a unos 20 minutos en bus del centro, tiene algunos negocios y restaurantes por si no quieren desplazarse y es más tranquila que las famosas Paradise o Super Paradise, aunque en temporada debe estar bastante abarrotada. La playa es angosta pero linda, el mar super transparente y tan frío como recordaba pero como hacía mucho calor terminaba siendo un alivio. 


Quedamos contentas con nuestra elección porque podíamos disfrutar a pleno durante el día e ir a Chora al atardecer para dar un paseo y cenar por allá.


+ info

Transporte

Llegamos en ferry desde Santorini, hay varias compañías, en un viaje de unas tres horas atravesando ese inmenso mar azul que transmite tanta paz y parando en algunas islas que daban ganas de bajar a explorar. 

Dentro de la isla si se quedan varios días pueden alquilar un auto o una moto pero también hay varios líneas de bus que conectan Chora con todas las playas y por supuesto taxis. 


Alojamiento

Nos alojamos en el Acrogiali Beach Hotel, ubicado en Platys Gialos justo sobre la arena. El hotel es un complejo de varios bloques algunos con vista al mar y otros al jardín. Es realmente muy lindo, muy bien decorado, las habitaciones son amplias, cómodas y bien equipadas. Tiene servicio de playa, ofrece traslados desde y hacia el aeropuerto o el puerto y justo a la vuelta para el bus hacia Chora. El desayuno era espectacular y se tomaba al lado del mar. 


Nuestra habitación, para cinco, daba al jardín. Tenía dos habitaciones, un baño cómodo, un balconcito, televisor, minibar, secador de pelo y una pequeña terraza. El precio en ese momento fue muy bueno en relación a su calidad. 


Gastronomía

No me canso de repetir que la cocina griega para mí es una de las mejores del mundo y nos encargamos de hacerle justicia. Al mediodía no almorzábamos porque desayunábamos muy bien, pero las dos noches que estuvimos allí cenamos super bien en las típicas tabernas. No se pueden perder los pescados y les recomiendo sinceramente probar la pasta taramosalata (esa medio rosada que aparece en una de las fotos), es exquisita!



Aquí me despido de este paraíso y los vuelvo a encontrar en la próxima parada que tiene mucho de maravilloso también: la mítica Sicilia. 



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