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Cairns y Airlie Beach (y Brisbane)

Nuestro viaje por Australia continuó por Sydney donde festejamos la llegada de 2017 pero la dejo para dentro de unos días, coincidiendo con el año nuevo. Por eso hoy me dedico a Cairns y Airlie Beach, dos destinos fallidos para mí.
Elegimos estas dos playas para acercarnos a la famosa barrera de coral, una de las maravillas naturales del mundo declarada Patrimonio Natural por UNESCO por su riqueza biológica y su belleza. La barrera está sobre la costa este de Australia y es accesible desde muchas ciudades costeras pero estas son dos de las más amigables turísticamente y tienen unas playas increíbles.
Lástima que no pudimos disfrutarlas porque nos tocó un tiempo horrible. Parece que enero es época de lluvias y qué lluvias!
Error 1: no haberlo chequeado.

Cairns
Llegamos a Cairns por la noche en un vuelo desde Sydney y ya estaba lloviendo. A la mañana siguiente seguía lloviendo pero fuimos al puerto para intentar tomar alguna excursión.
Error 2: no haber contratado con tiempo.
Las excursiones a los mejores sitios para ver la barrera estaban agotadas así que tuvimos que conformarnos la isla Fitz Roy y Green Island adonde pudimos hacer snorkel y disfrutar de la playa porque, afortunadamente, estuvo lindo por las mañanas.
Isla Fitz Roy
La otra cosa mala es que el agua, que es increíblemente azul y cristalina, tiene aguas vivas por lo que recomiendan usar un traje húmedo que se alquila ahí mismo junto con el snorkel y las patas de rana. No fue para tanto así que no lo usamos pero suele ser necesario. También tengan en cuenta que muchas de las playas son de piedritas, conviene llevar esas zapatillas finitas que se pueden mojar.
Green Island
En Green Island tomamos un barquito con fondo transparente que nos permitió ver un poquito de la maravilla que es la barrera. 
Cairns es una ciudad pequeña, con todo el espíritu de las ciudades balnearias. No pudimos conocer demasiado pero lo que vi no me encantó, seguramente porque estaba de mal humor por el mal tiempo. Además el 90% de los lugares para comer eran asiáticos (tailandés, coreano, japonés, chino) y no teníamos ganas de eso y también cerraban temprano. Aparte de los restaurantes y algunos negocios no hay mucho que hacer (mentira, hay mucho turismo joven y varios lugares para bailar) y las excursiones terminan a eso de las 16hs así que nos resultó un poco aburrido (porque estamos grandes y no fuimos a las disco).


Para colmo descubrimos la última noche algo fabuloso que tienen las ciudades australianas, casi lo que más me gustó del país, que son las piscinas públicas. Están en las ciudades costeras pero también en otras (más adelante cuento sobre Brisbaine) y son increíbles, grandes, hermosas y gratuitas.
Piscina pública de Cairns. Está cerca del muelle, tiene baños con duchas. 

Airlie Beach
Por la noche del segundo día tomamos un bus a Airlie Beach. Los buses en Australia son de la compañía Greyhound, igual que en EEUU y son igual de incómodos, y el viaje era larguísimo, 17 horas. Creo que elegimos el bus por el precio, los vuelos no son baratos en temporada, pero no vale la pena, mejor viajar en avión.
Obviamente sobrevivimos y llegamos a Airlie al mediodía con bastante buen tiempo. La ciudad me resultó más agradable, tiene algunas barrancas que dan al mar, una linda calle central y por supuesto una piscina pública a la que no fuimos por en el hostel había.

Nuestro objetivo para ir a Airlie era visitar Whitehaven Beach y Whitsundays que, según dicen, son de las playas más lindas del mundo. Me hubiera encantado decirles si esto es cierto pero no puedo porque llovió y llovió y llovió y llovió. Aún así tomamos una excursión, bajo la lluvia obviamente, a Hamilton Island que estuvo bien. Digamos. La realidad es que nos mojamos en el ferry y tuvimos que comprar una de esas capitas infames pero yo había tenido la buena idea de llevar ropa seca para cambiarme así que no la pasé tan mal.
Al mal tiempo buena cara! Lo mejor fue que el tour incluía almuerzo y comimos un bife riquísimo. 
Volvimos al hostel, nos bañamos, lavamos y secamos ropa (gracias al cielo porque todo tenía un olor insoportable a humedad), cenamos y nos preparamos para partir al día siguiente en avión, yo hacia Singapur vía Brisbaine, y mis amigas a Dubai antes de volver a Buenos Aires.
¿Qué les parece que pasó? Y sí... llovió! Tanto que cerraron los caminos y suspendieron los vuelos. Lo pueden creer? Nunca en los 20 años que llevo viajando a los lugares más diversos y remotos me había pasado algo así, parecía una cámara oculta.

Acá empieza la aventura. 
Habíamos contratado un transfer al aeropuerto y fue el chofer quién vino a avisarnos, a nosotras y varios más que el aeorpuerto estaba cerrado. Lo único que pude hacer en ese momento fue reprogramar el vuelo para el día siguiente pero no tenía la certeza de que se pudiera volar y mis amigas no consiguieron cambiar.
Entonces nos dimos cuenta de que había un taxista que ofrecía ir hasta el aeropuerto por si se abría. Nos juntamos con una pareja de australianos, que estaban desesperados por irse porque habían dejados sus hijos con los abuelos, y nos subimos todos al taxi (allá son colectivos, tipo combi). El chofer nos llevó a otro hotel para buscar a una pareja de italianos y partimos por caminos alternativos, los principales estaban inundados, pero le avisaron por radio que ese día no iban a salir vuelos. Los australianos averiguaron que en una hora más salía un bus a Brisbane y fuimos en su búsqueda pero lo perdimos. Decidimos ver si lo encontrábamos en la siguiente parada pero resultó que en el camino había otro aeropuerto y ellos quisieron probar suerte. Fueron afortunados, estaba abierto y consiguieron un vuelo a Sydney mientras que nosotras con los italianos optamos por alquilar un auto para llegar a Brisbane. Por suerte el italiano manejaba por la izquierda!
Fueron 10 horas de viaje muy tranquilo por suerte, las rutas son muy buenas y no estaban inundadas, y logramos alcanzar el vuelo a Dubai (las chicas subieron en el último minuto). Los italianos y yo teníamos más tiempo porque nuestros vuelos desde Brisbane salían al día siguiente así que además del auto compartimos una habitación de hotel.
Fue una jornada tensa pero que, como casi todos estas experiencias de viaje, terminó bien. Una de las cosas que se aprenden como viajero es que hay que estar preparado para (casi) todo. Siempre hay imponderables, el mal tiempo es algo que puede suceder pero que la cosa sea tan fuerte como para que cierren el aeropuerto no es tan habitual, y hay que enfrentarlos con optimismo y confiando en los demás. Así las dificultades quedan en anécdotas dignas de ser relatadas, como esta.

Nota: nunca escribo entradas así pero siempre soy sincera, creo que es la única vez que no disfruté realmente un destino y no fue culpa del lugar sino del tiempo y de nuestra falta de preparación porque no sabíamos bien adónde íbamos. Son cosas que pasan y no me arrepiento de haber ido. 



+ info

Transporte
De Sydney a Cairns viajamos en un vuelo de Jetstar y de Cairns a Airlie en un bus Greyhound.
Si se viaja por poco tiempo como nosotras recomiendo el avión aunque sea más caro. Los buses viajan de noche pero las distancias son muy largas y los coches incómodos así que son muy cansadores.
Lo mejor sin embargo es alquilar un auto, las rutas son buenas y es el modo ideal de recorrer la costa este. Sólo hay que animarse a manejar por la izquierda.


Alojamiento
Cairns, Gilligan's. Típico hostel juvenil y de ciudad costera. Tiene un boliche abajo pero no es ruidoso, parece que tiene piscina pero no la había hace dos años, las habitaciones son normales, con baño dentro de la habitación, y también hay privadas. No está mal pero ya no es para mí.
Una cosa mala fue que el día que nos fuimos a Airlie nuestro bus partía a la 1 de la mañana y habíamos llegado empapadas de la excursión. No se nos ocurrió contratar esa noche en el hostel, lo que hubiera sido ideal, pero pedimos una ducha y nos dijeron que no había ninguna disponible. Después nos dijeron que había baños cerca del muelle pero no nos explicaron que tenían duchas y agua caliente, eran los de la piscina pública. Podrían habernos ayudado más. Son cosas muy simples que hacen que uno la pase mejor.
Airlie Beach, Base Backpackers. Este estuvo mejor. También es para un público joven pero es lindo porque es un complejo con los edificios de habitaciones distribuidas en un parque muy agradable. Tiene piscina, una zona común con juegos, televisor, cocina y comedor, y un bar en el frente donde se puede cenar. Nuestra habitación estaba muy mal mantenida, tenía una enorme ventana sin cortina, pero el lugar era lindo de verdad.
En este hostel también estuvieron flojos cuando suspendieron los vuelos. Ellos no tenían ninguna responsabilidad pero no nos brindaron ninguna asistencia para llamar a las aerolíneas por ejemplo. Otra vez, son cosas simples que mejoran la experiencia.

Excursiones
Las contratamos directamente allí aunque, como les dije, convenía contratar con tiempo. Hay muchas compañías y los precios iban desde 130 dólares australianos para arriba.


La yapa: Brisbaine
Originalmente yo tenía vuelo de Airlie (el aeropuerto es Prosperine) a Brisbane, de allí a Darwin y de allí a Singapur (ya ni recuerdo por qué tanta escala) pero como llegué a Brisbane en auto y tuve que postergar el vuelo un día, me quedaron unas horas para conocer esa ciudad que realmente me encantó.
Es una ciudad super agradable, puerta de entrada a la Gold Coast, con arquitectura tradicional y moderna. Vale la pena una visita.

Del otro lado del río Brisbane, frente al centro, está Southbank, una zona de parques y paseos con una piscina pública increíble que hasta tiene arena. 
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