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Londres

Conocí Londres en 2009 cuando la visité luego de pasar tres semanas en París gracias a una beca. Volví de casualidad en 2011 gracias a un lío con los vuelos pero pude recorrerla por unas horas y regresé, a propósito esta vez, en 2018 luego de pasar 15 días en París con la misma beca. Es decir que repetí mis pasos con nueve años de diferencia. Por qué si hay tantos lugares para conocer? Porque me encantan las ciudades grandes y vibrantes y porque creo que Londres hace una gran pareja con Paris, las dos muy bellas, con mucha historia, con buena arquitectura y con mucho para ver y hacer, pero distintas, París tal vez más elegante y tradicional, aunque con un lado muy cool, y Londres más desfachatada combinada con un aire royal siembre presente. Por eso y más quise volver.  

Esta vez no estuve muchos días, apenas 4, pero recorrí mucho, tanto lugares que ya conocía y me habían gustado, como otros que quería conocer. Espero que les gusten tanto como a mí. 


Al igual que en 2009 elegí alojarme cerca de la estación King's Cross / Saint Pancras porque llegué en tren desde París y porque es una ubicación céntrica desde donde se pueden visitar muchos sitios caminando.
Como toda ciudad Londres se divide en barrios y los turistas habitualmente visitamos los más céntricos (tendré que ir varias veces para poder escapar a eso) y en esta ciudad son pequeños en superficie pero con una densidad increíble de sitios para ver y cosas para hacer. Por eso es una ciudad en la que se puede caminar prácticamente a todos lados y lo recomiendo porque entre las atracciones más conocidas hay mucho más. También es notable el cambio de carácter entre un barrio y otro, en unas pocas cuadras se puede pasar del movimiento vertiginoso a la calma de esos parques preciosos que hay en el interior de las manzanas. Si se animan a caminar un poco más pueden hacer un grand-tour pasando del popular y moderno Soho, al exclusivo Mayfair, al coqueto Knightsbridge, el semi-royal Kensignton hasta el encantador Nottinghill pasando por el famoso Hyde Park. Se puede, yo lo hice, lleva casi todo el día pero vale la pena. 


Empiezo mi relato mostrando uno de los lugares que más me gustó y que no me había tomado el tiempo de visitar antes: Covent Garden. Este barrio se ubica en West End, una de las zonas teatrales más importantes y famosas del mundo. Aquí se encuentran numerosos teatros incluyendo la Royal Opera House, y las calles están pobladas de pubs y restaurantes para un trago pre o post función, locales comerciales y el mercado del mismo nombre. Es una zona super animada que tiene un clima que me encantó. 
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Ya temprano por la tarde la zona empieza a animarse y los pubs se llenan de turistas, personas que salen de su trabajo y más tarde por aquellos que se reúnen antes de alguna función

El Mercado Covent Garden es un hermoso paseo para ir de compras, desde souvenirs hasta marcas de lujo, para comer o para disfrutar de los artistas callejeros.

Muy cerca del mercado se encuentra Neal's yard un colorido callejón que hasta hace poco era una calle de servicio y hoy está repleta de locales que propician los servicios y el comercio sostenible. Es un paisaje poco habitual para la ciudad que vale la pena visitar al igual que todo el barrio porque tiene rincones muy lindos. 
En las cercanías hay una zona comercial muy linda, que en ese momento estaba adornada con flores por algún tipo de feria, llena de pubs que ya a eso de las 3 de la tarde estaban llenos. Como muchas veces lamenté estar sola porque me hubiera encantado tomar algo allí aunque no me guste la cerveza.

Obviamente uno de los imperdibles de la ciudad es Soho, también en West End, muy cerca de Covent Garden. Es una zona comercial por excelencia con calles super famosas como Carnaby St. que siempre muestra una decoración diferente. El clima es de fiesta a toda hora del día. 


Otro lugar típico de Londres es Camden en donde se encuentra uno de los mercados más singulares de la ciudad. La verdad es que la primera vez que fui no me había gustado demasiado así que no sé bien por qué volví, tal vez para darle otra oportunidad. Es pintoresco, seguro, pero demasiado comercial y bastante for export. Está bien para una vez pero para mí ya no habrá una tercera. 

Un poco de casualidad, y en otra zona de la ciudad, llegué al mercado Old Spitafields. Este mercado está allí desde hace más de 350 años, nació como un mercado a cielo abierto en esta zona que por entonces era rural y se la conocía como Spittle Fields. Los edificios fueron construidos a fines del siglo XIX. En 1991 el mercado de productos frescos se trasladó y el mercado. Fue renovado en varias oportunidades y los nuevos puestos fueron diseñados por Foster and Partners (no se nota la verdad). Me hubiera encantado conocerlo como mercado tradicional porque me fascinan pero hoy es un hermoso paseo para comprar y comer. 

Creo que vale la pena hablar de los mercados porque en Londres hay muchos y todos son geniales. Ya les mostré Covent Garden y Camden pero hay varios más. Les dejo un plano que también voy a guardar para mi próxima visita. 


Otro de los mercados que vale la pena visitar es Leadenhall Market, uno de los más antiguos de la ciudad, data del siglo XIV. La cubierta de hierro y vidrio sobre la calle Gracechurch, diseñada por Sir Horace Jones, es lo más llamativo y por eso se convirtió en una gran atracción turística y escenario de varias películas. Está entre la City y la zona de Saint Paul, muy cerca de The Monument, la columna que maraca el sitio donde se inció el gran incendio que sufrió la ciudad en 1666.


Y hablando de mercados es imposible dejar de mencionar al que tal vez sea el más pintoresco y famoso: la feria callejera en Portobello Road, Notting Hill, que casi todos conocimos con la inolvidable película de Julia Roberts y Hugh Grant. 
El mercado de Portobello Road tiene muchísimos años pero fue en los '40 cuando comenzaron a venderse allí manufacturas, antigüedades, ropa y objetos vintage. 

Si bien es muy turístico para mí es uno de los paseos más lindos no sólo por el mercado en sí que es genial sino que el barrio es fabuloso y si lo visitan les recomiendo perderse por las calles alrededor del mercado y seguir hacia Hyde Park o Kensignton para disfrutar de la arquitectura que identifica a estos barrios de la ciudad. 

Ya que estamos por esta zona muestro un poco del hermoso y gigantesco Hyde Park, uno de los parques Reales que se extiende entre los palacios de Kensignton y Buckingham. Fue abierto al público en el siglo XVII y desde hace siglos es uno de los paseos preferidos de locales y turistas y escenario de eventos, celebraciones y manifestaciones. Es muy difícil recorrerlo en una sola visita pero cualquiera de los caminos que elijan los llevará por enormes extensiones de césped, pequeños bosques, lagos, fuentes y el río Serpentine que lo atraviesa. 

En todo el parque hay obras de arte, fuentes y monumentos. Uno de ellos es el memorial a Diana de Gales, del que lamentablemente no tomé ninguna foto a pesar de que estuve un rato largo "con las patas en la fuente" descansando mientras veía jugar a los niños. Otro monumento muy hermoso es el memorial al Príncipe Alberto esposo de la legendaria Reina Victoria, enfrente está el Royal Albert Hall. 

Al lado de Hyde Park está el exclusivo barrio Mayfair con una preciosa arquitectura georgiana y locales muy exclusivos que estaban decorados con espectaculares arreglos florales. 

También en este barrio se encuentra la famosa Bond Street, una calle comercial por excelencia en la que es muy difícil no tentarse.  

Volviendo al centro de la ciudad encontramos la famosa City, la zona bancaria de Londres y una de las más importantes del mundo por las finanzas pero también por su arquitectura. Allí se encuentra uno de los edificios modernos más fabulosos y uno de mis preferidos: el Lloyd's Bank obra de Richard Rogers. Construido en los años 80 es una obra muy innovadora porque el arquitecto decidió colocar todas las instalaciones y circulaciones verticales sobre el exterior y a la vista. El edificio tiene una clara impronta industrial que contrasta con la (aparente) solidez de las otras sedes bancarias que lo rodean. Para mí es una obra maestra y estoy segura de que pasaré por allí cada vez que visite la ciudad. 
Ese conserje con su traje rojo encerrado en una caja de vidrio es para mí una imagen de Londres: la tradición que no se rinde ante la modernidad. 
En los últimos años se construyeron varios edificios en la zona obra de los famosos star architects como 30 St. Mary Axe (popularmente llamado the gherkin, el pepino) de Norman Foster o el francamente espantoso 20 Fenchurch St de Rafael Viñoly conocido como el walkie talkie. The Shard, el edificio que asoma detrás de esa calle estrecha está en realidad del otro lado del río pero forma parte de estas super torres, es obra de Renzo Piano. 

Muy cerca de la City está la Saint Paul, la Catedral anglicana de Londres. La actual iglesia fue construida por Sir Christopher Wren alrededor de 1700 y gracias a su cúpula de más de 100m de altura sigue siendo uno de los íconos del skyline a pesar de tener más de 300 años. En este viaje no la visité pero si les interesa este tipo de arquitectura recomiendo hacerlo porque es realmente magnífica y las vistas desde su cúpula son maravillosas. 
Detrás de la catedral se construyó hace unos años el centro comercial One New Change del arquitecto Jean Nouvel. No me parece gran cosa pero ofrece unas vistas diferentes de Saint Paul. 

Saint Paul está en el corazón de la ciudad y hay muchos caminos para seguir desde allí pero creo que uno de los más lindos es tomar la calle peatonal Peter's Hill, desde el lateral sur de la catedral, hacia el río y cruzar el Támesis por el Millennium Bridge, la pasarela perfecta para ver las dos orillas de la ciudad. 

Este puente tiene una historia singular porque fue construido para las celebraciones del año 2000 pero tuvo que ser clausurado a los pocos días porque tambaleaba con el viento. Es obra de Arup, Foster and Partners y Anthony Caro y por suerte pudo resolverse ese pequeño detalle. 

Sobre la ribera sur está la zona conocida como South Bank que comenzó a revitalizarse en los años '50 después de la guerra. Esta zona que originalmente fue para agricultura y luego manufacturas y fábricas hoy es uno de los barrios con mayor movimiento con espacios culturales como centro: el Globe Theatre, en National Theatre, el Southbank Center y la galería de arte moderno y contemporáneo Tate Modern. 
La galería Tate Modern es sin dudas una de las estrellas del South Bank. Esta galería es un desprendimiento de la Tate Britain que se fundó a fines del siglo XIX pero a diferencia de aquella está dedicada al arte moderno y contemporáneo internacional. Funciona en una antigua central eléctrica reformada por los arquitectos Herzog y De Meuron que también realizaron una segunda ampliación en 2009. 
Como gran parte de los museos y espacios culturales de Londres la entrada es gratuita y para mí es un placer visitarla por su colección estable pero sobre todo por la vida que tiene, siempre llena de gente. 

El edificio original es fabuloso y parecería que cuando lo construyeron sabían que se convertiría en un hito con su fachada ladrillera y su torre central que se levanta del otro lado del río casi en línea con la famosa cúpula de Saint Paul. El espacio central interior antiguamente alojaba las turbinas y sabiendo eso creo que habría sido bueno conservar algunos de los elementos industriales para que todos los visitantes pudieran conocer su pasado. 

La ampliación de 2009 avanza sobre el sector trasero de la antigua usina donde había unos antiguos tanques de combustible que fueron conservados y funcionan como espacios de exhibición. El nuevo edificio trabaja todo el interior con hormigón armado visto y la fachada está recubierta en ladrillo asimilándose a la original. Este sector me pareció un poco frío y menos interesante que el principal. 

Durante mi viaje programé la visita a la Tate para disfrutar de una de las Uniqlo Nights que, al igual que en el MOMA de Nueva York, en es momento tenían lugar los viernes por la noche. Esa noche había pintura con modelo vivo, música y tragos. Un placer. 

Otro de los grandes atractivos de la Tate son sus miradores, hay uno en el cuerpo principal y otro a mayor altura en la ampliación. Ambos son gratuitos y ofrecen unas vistas increíbles de la ciudad. 

Si llegan hasta aquí les recomiendo hacerlo a la tardecita y luego caminar por Southbank que se llena de gente disfrutando de los bares y lugares para comer, si hay buen clima, por supuesto, y debo decir que tuve suerte porque en mis dos visitas a Londres me tocó un tiempo espectacular y nada de su famosa niebla. 
Este paseo me encantó y aunque lamenté estar sola no me privé de comer algo y tomar una sidra en uno de estos boliches lindísimos. También descubrí una pequeña playita que me gustó porque no me la esperaba. 

Se puede caminar hasta el London Eye, al que sigo sin subir porque es muuuuuy caro, y disfrutar de las vistas a medida que cae la noche y la ciudad se ilumina. 

Obviamente Londres es conocida por su arquitectura y para los amantes de esta disciplina lo mejor es perderse en las calles porque sólo con eso vamos a encontrar maravillas como el edificio Mc Cann, un gran ejemplo de arquitectura Art decó. Fue construido en 1931 por Wallis Gilbert and Partners. El volumen curvo es un acceso vehicular rampado que permite llegar en auto a los departamentos. 

Sin embargo seguramente los estilos que más relacionamos con Londres son el victoriano y el eduardiano relacionado con los reinados de la Reina Victoria, 1837-1901, y del Rey Eduardo 1901-1910.
Abajo a la izquierda está el Hotel Russell, un magnífico edifico construido en 1898, y a la derecha la Avenida Sicilia, un pasaje peatonal de estilo eduardiano construido en 1906. Ambos se ubican en las cercanías del Museo Británico. 

Si de arquitectura hablamos no puedo dejar de mencionar uno de los conjuntos que más me gustó: las estaciones Saint Pancras y King's Cross. 
Saint Pancras es un fantástico edificio de estilo neogótico victoriano construido en 1868, de aquí parte el tren Eurostar a París. Increíblemente estuvo en peligro de ser demolido en los años '60. No tuve oportunidad de recorrerla pero en su interior hay varios restaurantes y bares y también hoteles. 
A su lado se encuentra la estación King's Cross, construida en 1852, que fue renovada entre 1998 y 2012 por John McAslan and Partners. El punto saliente de la reforma es su espectacular cúpula de acero.
Actualmente se está desarrollando un gran proyecto urbano que está transformando un área industrial en un nuevo emprendimiento con viviendas, hoteles, comercios, restaurantes, oficinas, galerías de arte, escuelas y una universidad. 

Es un proyecto muy interesante que combina la refuncionalización de las edificaciones industriales con la construcción de nuevos edificios y un excelente tratamiento del espacio público. 
Arriba en el centro se muestra la fuente de Granary Square uno de los espacios preferidos por los niños. Regent's Canal, al centro a la izquierda, atraviesa la zona y es uno de sus puntos principales. 

Con este nuevo barrio me despido de Londres, una ciudad hermosa y excitante a la que vale la pena volver una y otra vez porque como las grandes ciudades del mundo siempre tiene un tesoro para descubrir y algo nuevo para ofrecer. 


+ info

Transporte
Llegué en el Eurostar desde París que es un placer por el viaje en sí, apenas dos horas y media cruzando el canal de la Mancha, y porque es mucho más práctico que viajar en avión ya que el tren se toma en la Gare du Nord de París para llegar a la estación Saint Pancras de Londres. 
En las fotos de arriba la Gare du Nord con la obra La Maison fond del argentino Leandro Erlich y abajo Saint Pancras. 

Para moverse dentro de la ciudad, y aunque si están bien ubicados es posible recorrer gran parte de las atracciones caminando, conviene sacar un pase de transporte por la cantidad de días de su estadía, de lo contrario resulta muy costoso porque cada viaje en metro sale 4 libras. Yo saqué la tarjeta Oyster y por 28 libras tuve viajes ilimitados por cuatro días y el pasaje hasta el aeropuerto de Heathrow. Es la que me recomendaron en la estación pero averigüen porque hay más opciones. 

Alojamiento
Al igual que en mi visita anterior elegí alojarme cerca de Saint Pancras para no tener que tomar otro transporte para llegar al hotel y porque la zona está muy bien conectada con el resto de la ciudad incluso a pie. 
Los hoteles son bastante costosos y que estén en libras no ayuda. En 2009 me quedé en un hostel y busqué pero los que encontré eran demasiado juveniles y quería estar tranquila. Como en París había pagado mi estadía decidí que podía darme el pequeño lujo de reservar una habitación individual de hotel. De todos modos elegí el más económico que pude. 
Elegí el hotel Wardonia, muy bien ubicado en una calle tranquila a sólo 100 metros de la estación. La habitación era diminuta pero tenía todo lo necesario así que es una opción. 

Atracciones
En esta ocasión solo visité la Tate Modern pero por supuesto en Londres hay museos y monumentos realmente imperdibles como el British Museum, la National Portrait Gallery, la Tate Gallery, el Victoria and Albert, el Museo de Historia Natural. Todos estos son gratuitos pero hay otras atracciones que cobran entrada como la Torre de Londres o el Globe Theatre. 

Gastronomía
La comida es cada vez más importante en mis viajes, porque me gusta comer (no tiene sentido negarlo) y porque cada vez disfruto más la experiencia de probar cosas nuevas o de comprar en los mercados. 
Londres es ideal en este sentido porque su oferta gastronómica es muy cosmopolita y para presupuestos ajustados hay varios mercados callejeros comida riquísima y buenos precios. Otra gran opción son los supermercados, yo fui varias veces a Marks and Spencer en donde compraba las ofertas a 1 libra pero eran excelentes: jugo de naranja de 1 litro, papas fritas, y porciones individuales de distintos quesos y de jamón crudo. Con eso cubrí más de una comida. 

Dumplings en el Street Food Market entre la City y Spitafields, chorizo con papas en el mercado de Portobello Road, pulled pork con sidra en Southbank y huevos benedictinos en Caravan's Kings Cross, uno de los dos únicos restaurantes a los que fui. 

El máximo de la gastronomía debe ser el Food Hall de Harrod's en Kensignton. Todo impagable pero es un placer para los sentidos. 



Próximo viaje Grecia y Sicilia

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