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San Pablo

Como amante de la arquitectura y de las ciudades (y de Brasil!) me debía una visita a San Pablo adonde había estado por unas pocas horas hace muchos años. Fue una visita corta, tres días antes de seguir para Ilha Grande y terminar en Río, pero pude visitar varios de los hitos de la arquitectura latinoamericana y disfrutar de esta ciudad vibrante. 

Para empezar les cuento que llegué sola, una de mis compañeras de viaje llegaba el día siguiente y la otra un día después, y fui directo al alojamiento en el barrio Jardins, cercano a la famosa Av. Paulista, que es ideal para alojarse porque está bien ubicado, tiene muchas atracciones, comercios y restaurantes y es bastante seguro. 

Lamentablemente tengo que decir que San Pablo es una ciudad en la que hay que andar con mucho cuidado, hay bastante marginialidad, mucha gente viviendo en la calle, sobre todo en el centro, y como en cualquier ciudad que no es la nuestra, hay que ser precavidos y mantenernos en zonas concurridas. Esto pasa también en Argentina pero en mí país entiendo mejor por dónde circular. 

Hecha la advertencia pasemos a lo lindo. San Pablo!


San Pablo es una de las grandes metrópolis del mundo, la más grande de América latina con más de 12 millones de habitantes en la ciudad, y más de 22 en el área metropolitana. Es un centro financiero de influencia mundial y también ocupa un lugar central en cultura, gastronomía y moda. 

Pero antes, un poco de historia...

La ciudad fue fundada en 1554 por los jesuitas, que habían llegado al actual Brasil con los portugueses en 1549, con la inauguración de un colegio de la Compañía de Jesús justo en el día del Apostol San Pablo, de ahí el nombre de la ciudad. 

San Pablo comenzó como un pequeño pueblo que ganó territorios gracias a las expediciones de los Bandeiras, quienes ayudaban a los portugueses a luchar contra indígenas rebeldes y a tomar esclavos. En el sitlo XVII se descubrió oro en la región de Minas Gerais, entre otros sitios, y así creció aún más. 

Luego del oro llegó la industria se volcó a la caña de azúcar y al café, en el siglo XVIII, que fue la base de la economía de la ciudad y del país y llevó a la construcción de infraestructura para su producción y comercialización. Brasil sigue siendo uno de los grandes productores mundiales de café. 

A partir de 1850, cuando fueron abolidos los esclavos, los productores comenzaron a emplear inmigrantes. San Pablo tuvo una gran inmigración a fines del XIX principalmente de Europa pero también de Japón. Su influencia es aún visible en la arquitectura y las costumbres. A principios del siglo XX la ciudad experimentó un gran crecimiento y operaciones urbanísticas que marcaron su apogeo: la Av. Paulista, el edificio Martinelli -primer rascacielos de la ciudad-, la Estación de Luz. 

Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad tuvo un auge industrial y al terminar ésta comenzó a experimentar un gran crecimiento que la llevó a convertirse en una de las ciudades más pobladas del mundo, además de ser uno de los principales centros fiancieros a nivel global. 

En la década de 1950 se inauguró el Parque Ibirapuera y los grandes edificios reemplazaron a las casonas en la Av. Paulista. En los años '60 comenzó la construcción del Metro que pocos años después llegaría a tener 5 líneas. La ciudad está poblada de torres entre las que se destaca el edificio Copan de Oscar Niemeyer. 

Hoy es una metrópolis cosmopolita y multicultural que dejó atrás su carácter industrial y está didada al sector de servicios, la cultura y el turismo. 

Como comentaba, San Pablo es una ciudad enorme, una de las más grandes del mundo, por lo que es dificil recorrerla en unos pocos días. La visité por primera vez en 2007 por un día, en una escala de regreso a casa desde Río de Janeiro. En este segundo viaje regresé a algunos de los sitios que había conocido como el centro y la Paulista, pero también me aseguré de visitar algunos puntos que tenía agendados desde hacía tiempo: el Parque Ibirapuera, el barrio japonés Libertade y la Pinacoteca. Todos estos sitios están muy bien conectados por el metro.

Con solo 2 días no tuve tiempo para mucho más pero les dejo este plano para que vean todo lo que se puede conocer, lugares que ya guardé para la próxima vez que vaya. 

Jardins y Parque Ibirapuera

Mi visita comenzó por el barrio Les Jardins en donde estaba alojada. Es ideal porque es mucho más tranquilo (y seguro) que el centro de la ciudad pero está bien conectado por el metro y varias líneas de bus, además hay muchas atracciones como la Av. Paulista, el Museo de Arte MASP y el Parque Ibirapuera que fue mi gran visita del día. 

Antes de llegar al parque hice un alto para almorzar, unas coxinhas (especie de croqueta rellena de pollo, carne o queso) y el primero de los tantos jugos de fruta que disfruto cada vez que viajo a Brasil, y encontré un mercado callejero en el que no pude evitar comprar un mango, mi fruta preferida. 

En la entrada al parque se encuentra el Monumento a las Banderas que recuerda a los indios, negros y blancos, integrantes de las banderas sertanistas que buscaban riquezas en el interior del país durante el siglo XVII. Fue realizado en 1920 por el escultor Victor Brecheret e inaugurado recién 30 años después, en 1953. Hoy es un símbolo paulista. 


El Parque Ibirapuera es un gigantesco espacio público, 1.584.000 m²,  que contiene espacios verdes para esparcimiento pero también áreas deportivas, viveros, un planetario, una universidad, varias escuelas, dos museos, diversas insitituciones culturales y el famoso Auditorio diseñado por Oscar Niemeyer. Es tan grande que apenas llegué hasta la zona del Auditorio. 

El parque fue inaugurado en 1954, durante la conmemoración del Cuarto Centenario de San Pablo. El proyecto fue desarrollado por Oscar Niemeyer, Ulhôa Cavalcanti, Zenon Lotufo, Eduardo Kneese de Mello, Ícaro de Castro Mello, y el paisajista Augusto Teixeira Mendes. El proyecto original incluía tres pabellones de exposiciones, un auditorio y un planetario conectados por una sinuosa marquesina de cuatro puntas. El mayor de los pabellones hoy es sede de la Bienal de São Paulo. 

La marquesina es fabulosa, no solo por su atractiva forma sino porque articula el espacio y conecta los distintos pabellones y brinda reparo.  

El Auditorio no pudo ser construido inicialmente y recién pudo concretarse cincuenta años después, en 2005, con un proyecto modificado por el mismo Niemeyer bastante diferente al original. "El auditorio, financiado por una empresa de telefonía móvil, se asemeja a una cuña. La sección longitudinal y las dos fachadas laterales son triangulares, mientras que la posterior es rectangular y la planta tiene forma de trapecio. El volumen de hormigón pintado de blanco no tiene pilares interiores: en las dos fachadas laterales triangulares hay un doble muro estructural, cuyo interior aloja algunas instalaciones, como las del aire acondicionado. El acceso del público está señalado por una marquesina metálica roja de escala monumental. La construcción tiene una simplicidad desconcertante, lo que únicamente tiene sentido dentro de un parque y como complemento al resto de las edificaciones. En la parte del volumen donde la cubierta toca el suelo está ubicado el vestíbulo, dominado por una gran rampa sinuosa obra de Tomie Ohtake. En la parte opuesta se encuentra el auditorio propiamente dicho, destinado a conciertos, que la empresa propietaria utilizará para ofrecer sus premios de música. El escenario puede abrirse hacia el parque cuando el público se sitúe sobre las áreas verdes."



Avenida Paulista 

Después de visitar el parque fui, en Uber porque estaba muy cansada, hasta el final de la Av. Paulista, otro de los imperdibles de San Pablo, que es una galería a cielo abierto de (buena) arquitectura brasileña. 
Av. Paulista en los años '20 y en la actualidad. 
Dibujos elaborados por Renata Priore Lima

Esta avenida fue proyectada en el siglo XIX como una alameda residencial en la que se construyeron las suntosas residencias de la burguesía. De ese pasado quedan pocos testimonios en pie, la Paulista cambió drásticamente hasta convertirse en centro de negocios y referente de la vida cultural en los años '80. Hoy sigue siendo un punto neurálgico de la ciudad que vale la pena recorrer. 

La transformación de la avenida. 
Su historia es muy interesante. Si les interesa saber más les recomiendo este trabajo de Renata Priore Lima

El fin (o inicio) de la Paulista, cerca de la estación de metro Paraíso tiene un mirador que nos permite apereciar la grandiosidad de la avenida, debajo de la cual corre la línea 2 de subterráneos. Se puede observar la variedad de épocas y estilos de los edificios entre los que se destacan las torres metálicas de las Galerías Americanas y del Teatro Gazeta. También se puede apreciar un mural dedicado a Oscar Niemeyer, ese arquitecto que trascendió su profesión y se transformó en un personaje clave de la cultura brasileña, reconocido en todo el mundo. 


El mirador están en el Sesc Avenida Paulista. Los Sesc con centros culturales comunitarios del Servicio Social del Comercio que se encuentran en varios barrios de la ciudad y ofrecen actividades culturales y educativas para los empleados del sector comercio, turismo y servicios, cámara que se ocupa de su mantenimiento. Muchas actividades están abiertas al público en general, incluidos los turistas, y son gratuitas como este mirador fabuloso, que además tiene un pequeño restaurante. 

Este edificio fue construido en 2018 con proyecto de Königsberger Vannucchi Arquitetos Associados y hay otros diseñados por grandes arquitectos como Lina Bo Bardi que diseñó el Cesc Pompéia o el Cesc 24 de mayo obra de Paulo Mendes da Rocha. No conocía esta institución pero me pareció fabulosa y seguro visitaré otros centros cuando vuelva a San Pablo. 


Al lado del Cesc está la Casa de las Rosas, obra de Ramos de Azevedo concluida en 1935, testimonio de los antiguos palacetes que poblaban la avenida. Gracias a que fue protegido hoy nos permite conocer la vida a principios del siglo XX, además aloja el Espacio Haroldo de Campos de Poesía y Literatura. 

Frente a la Casa de las Rosas está la Japan House, centro de difusión de la cultura japonesa ya que hay una gran comunidad de ese origen en la ciudad. El edifico es obra del arquitecto Kengo Kuma. 
Arriba imágenes de la Casa de las Rosas. Abajo a la izquierda Japan House.
Los tigres pintados por varios artistas estaban en distintas zonas de la ciudad.

Centro

Mi segundo día en la ciudad comenzó con un Free walking tour por el centro de San Pablo. Los tours gratuitos son ideales para aprender sobre la historia y presente de las ciudades y también para saber mucho de cómo se vive en cada lugar, generalmente los guían jóvenes que, además, pueden darnos buenos tips sobre lugares para conocer y salir. 

Este tour comenzó en la Plaza de la República donde el guía nos comentó algunos datos sobre la historia de la ciudad. Luego pasamos por el edificio COPAN, uno de los imperdibles para arqutiectos, estudiantes y amantes de la arquitectura y el diseño. Fue diseñado por Oscar Niemeyer, con la colaboración de Carlos Alberto Cerqueira Lemos en 1951 para celebrar el IV Centenario de São Paulo, y construido entre 1957 y 1966. Se ubica sobre la Av. Ipiranga y se distingue por su forma sinuosa que asemeja una ola. El mismo Niemeyer dijo: "no es el ángulo recto lo que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible... lo que me atrae es una curva libre y sensual..." 

El edificio tiene 140 metros de altura y 37 plantas, 6 bloques con 1.160 apartamentos y 5.000 inquilinos, además de un centro comercial con 72 establecimientos y una iglesia evangélica.
La fachada está resuelta con un "brise soleil", sistema de parasoles, que enfatizan la curva definitivamente sensual. 

Muy cerca se encuentra el Edificio Italia, del arquitecto brasileño Franz Heep, de 165 metros de altura, contemporáneo del COPAN. Otra gran obra de arquitectura. 

Luego seguimos hasta la Plaza Ramos de Azevedo frente a la que se encuentra el Teatro Municipal que fue construido por el ingeniero Ramos de Azevedo, con la colaboración de los arquitectos italianos Cláudio Rossi y Domiziano Rossi, entre 1903 y 1912. 


Sobre el lateral del teatro se encuentran la plaza Ramos de Azevedo y el Viaducto do Cha (viaducto del té) construido originalmente en 1892 con hierro y madera, luego reemplazado por un nuevo viaducto de hormigón en 1938.


El centro de San Pablo tiene edificios magníficos de distintas épocas, como el Edificio Matarazo que desde 2004 es sede de la Prefectura (municipalidad). Es obra de de la oficina Ramos de Azevedo, Severo & Villares, con modificaciones del arquitecto italiano Marcello Piacentini, y fue construido entre 1937 y 1939 para las industrias Matarazzo. En su fachada de mármol travertino pueden verse relieves alusivos a la industria sobre los accesos. Otro sitio interesante es la Plaza del Patriarca, en homenaje al patriarca de la Independencia José Bonifacio de Andrada y Silva, que tiene un pórtico metálico de acceso a un pasaje inferior, diseñado por Paulo Mendes da Rocha y construído en el año 2000.

Arriba a la izquierda la Plaza del Patriarca, debajo la convivencia de arquitectura de distintas épocas, a la derecha el edificio Matarazo. 

El recorrido continuó por la Rua da Quitanda hacia un sector más abigarrado del centro donde muchas calles son peatonales y están recubiertas con las famosas piedras partidas que también vemos en Río de Janeiro. Toda la zona está llena de oficinas, bancos y locales comerciales además de restaurantes y bares. 

Mientras el grupo hacía una pausa para tomar algo fresco y combatir el calor, aproveché para visitar el Centro Cultural Banco do Brasil que funciona en un edificio construido en 1901 y adquirido por el Banco en 1923, funcionó como sede bancaria hasta 1996. La reforma para alojar el centro cultural es del arquitecto Luiz Telles.

Un edificio muy importante de la ciudad es la Catedral Metropolitana cuya historia se remonta a fines del siglo XVI cuando se construyó la primera iglesia matriz, entre 1598 y 1612. Esa primera iglesia fue reemplazada en 1912 por la actual, de estilo neogótico, con proyecto de Maximilian Hehl. Fue restaurada a principios de los 2000. 

Recuerdo que la primera vez que visité San Pablo fue solo por unas horas, habíamos llegado desde Río en bus viajando toda la noche y volábamos por la tarde a Buenos Aires y como a las 7 de la mañana nos metimos en la Catedral que era lo único que estaba abierto. Creo que hasta me quedé dormida en uno de los bancos!!


Frente a la Catedral está la Praça da Sé a la que no le pude sacar fotos porque estaba literamente cubierta de carpas tipo iglú con gente que vive en la calle. Eso fue lo que más me impactó de la ciudad, la cantidad de indigentes y personas sin techo que vi por toda la ciudad, pero sobre todo en el centro. Por eso me alegré de haberme decidido por el recorrido en tour y me fui de la zona en cuanto terminó, no vi que pasara nada pero no me sentía tranquila. 

Luego fuimos al Patio del Colegio, el lugar donde se construyó la primera edificación de la ciudad para la Compañía de Jesús en 1554. Se considera que este fue el nacimiento de San Pablo. La construcción original fue modificada varias veces pero sigue perteneciendo a los Jesuitas. 

Una placa de mármol en la fachada reza: "Aquí sobre la cruz de Cristo nación esta ciudad dedicada al Apostol Pablo por los Jesuitas. Padre Manuel de Nobrega y Hermano José de Ancheta entre otros. 25 de enero A.D. 1554"

Frente al edificio, en la plaza, se encuentran el Monumento de Gloria Inmortal a los Fundadores de San Pablo, la Secretaría de Justicia y el Tribunal de Justicia entre otros edificios institucionales. Al costado del Patio, a un nivel inferior, corre la calle peatonal General Carneiro donde se desarrolla una gran feria y sobre el viaducto hay un anuncio muy original, el Impuestómetro, que contabiliza los impuestos pagados en el país desde el inicio de cada año. Fue colocado en 2005 en la fachada de la Asociación Comercial de San Pablo. (No quiero ni pensar lo que marcaría en Argentina con la inflación que tenemos!!!)


Seguimos caminando por la calle Quince de noviembre dentro de esta zona poblada por edificios de oficinas y entidades bancarias y financieras. Allí se destacan varios rascacielos, particularmente el Edificio Martinelli, ideado por el italiano Giusepe Martinelli y construido entre 1924 y 1929 por el arquitecto húngaro Vilmos Fillinger, y el edifico Altino Arantes que sigue siendo uno de los más altos del país, fue construido entre 1939 y 1947 para el Banco del Estado de San Pablo BANESPA, por el arquitecto Plínio Botelho do Amaral.

A la izquierda arriba el edificio Martinelli, en el centro el edificio Arantes, abajo el edificio del Banco de San Pablo, construido entre 1935 y 1938.

Aquí terminó el walking tour, que recomiendo nuevamente, y yo decidí llegar hasta el Mercado Municipal, otro de los imperdibles de la ciudad. Para llegar pasé por una zona dedicada a la moda, a precios populares, y a los artículos para confección, muy similar al porteño barrio de Once. Había tanta gente que no pude ni sacar una foto.

El Mercado fue inaugurado en 1933 año en el que también nació su famoso sandwich de mortadela que es una de las razones por las que el mercado es tan famoso. El edificio es magnífico y mantiene su espíritu original con los puestos de frutas, verduras, carnes y pescados aunque hoy es también un hito gastronómico. 

Obviamente probé el sandwich. Es riquísimo! y gigante, dejé la mitad para la noche. 

Antes de volver al hostel y terminar el día pasé por Liberdade, el barrio japonés de San Pablo. La verdad es que me decepcionó bastante, apenas vi algunos negocios con artículos japoneses y unos farolitos en la calle. Quizás era el día, no sé, pero di una vuelta rápida y me fui. 



Pinacoteca de San Pablo, Estación Luz y Memorial Resistencia

En mi tercer día de visita, ya acompañada de mi amiga Marisú, visité uno de los edificios que tenía agendados, La Pinacoteca, un ejemplo de recuperación patrimonial que uso en mis clases en la universidad y no me defraudó. 

La llamada Pina Luz, la Pinacoteca tiene otros dos espacios en la ciudad, fue originalmente el Liceo de Artes y Oficios, proyectado a fines del siglo XIX por el estudio de Ramos de Azevedo, el mismo autor del Teatro Municipal, rehabilitado como museo en 1990 por el arquitecto Paulo Mendes da Rocha. 

El edificio del Liceo nunca fue completado quedando el exterior y las fachadas internas con el ladrillo a la vista porque no se llegó a ejecutar el revestimiento final. La reforma de Mendes da Rocha respeta esa piel originalmente pensada para ser cubierta e incorpora elementos muy simples de hierro color óxido dando la sensación de que la obra sigue en marcha. Solo completó el revestimiento del acceso original, hoy en desuso, y allí se puede apreciar el aspecto que habría tenido toda la construcción. 

Imagen Archdaily

En cuanto a la distribución espacial los mayores cambios son la adopción de un nuevo acceso al museo por la que fuera la entrada lateral del liceo y el cambio del eje de circulación, el cierre de los patios interionos con techos de acero y vidrio y la colocación de puentes para unir las distintas salas. 




El resultado es un espacio atractivo en sí mismo que no opaca las piezas de arte que allí se exhiben, es un sitio dinámico, integrado al Parque de la Luz en el que se emplaza, en el que pueden desarrollarse varias actividades simultaneamente. 


Nosotras fuimos un sábado, ese día la entrada es gratuita, y nos encontramos con una feria muy simpática en la entrada. Adentro nos sorpendió una exposición del argentino Felipe Noé, artista muy reconocido en nuestro país. 

Esta zona es muy recomendable para visitar. Frente a la Pinacoteca está la Estación Luz y más atrás, la Estación Julio Prestes, convertida en auditorio musical, y el Memorial Resistencia de San Pablo. 
Imagen: Arquiectura Viva 

La Estación Luz es una de las más importantes de la ciudad. El edifico original es de 1865 mientras que el actual fue construido, entre 1895 y 1901 por el arquitecto británico Charles Henry Driver para la São Paulo Railway, para el primer tramo de FFCC de San Pablo hasta Santos. 


Luego visitamos el Memorial de la Resistencia en el edificio en donde funcionaba el Departamento de Estado de Orden Político y Social del Estado (DEOPS). En sus celdas se alojaron los/las presos/as políticos/as durante la dictadura militar en Brasil (1964-1985). Pueden visitarse algunas de las celdas y el edificio también aloja salas de arte de la Pinacoteca. 

Confieso que los sitios de la Memoria no son de mis preferidos, me generan bastante inquietud, pero son parte de nuestra historia y creo que hay que visitarlos para no olvidar. 

Imagen: https://memorialdaresistenciasp.org.br


Terminamos el día con una nueva visita al SESC de la Av. Paulista, del que ya les hablé, y una caminata por la avenida antes de volver al hostel a buscar nuestro equipaje ya que esa misma noche viajamos en bus a Ilha Grande. Pero eso se los contaré en la próxima entrada. 



+ info

Alojamiento
Como fueron apenas dos noches, y la primera estuve sola, elegimos quedarnos en el hostel Lobo Urban Stay, en Jardins a dos cuadras de la Paulista, que lamentablemente está cerrado. 
Lo que les recomiendo es alojarse en Jardins, es una zona segura, tranquila, con locales comerciales y gastronómicos y muy bien conectada con el centro y otros lugares de la ciudad por el metro. 

Transporte
Para llegar al hostel desde el aeropuerto de Guarulhos tomé el Airport Bus Service que tiene bastante buena frecuencia y en menos de 40 minutos me dejó en la Av. Paulista, muy cerca de mi alojamiento.
En la ciudad utilicé el Metro para los trayectos más largos. Tiene 5 líneas y es la manera más sencilla de moverse. 




Próxima parada: Ilha Grande



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