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Pamukkale

Pamukkale significa "castillo de algodón" y el sitio parece precisamente eso, una colina blanca esponjosa y suave, aunque en realidad se trata de formaciones naturales producidas sobre la ladera de una colina por la caída de aguas termales con alto contenido de bicarbonato y calcio. Las imágenes que habíamos visto eran maravillosas por lo que decidimos incluir esta ciudad en nuestro periplo, después de Cappadocia.
Tomamos un bus nocturno desde Goreme (otra vez 10 horas de viaje, otra vez en asientos super incómodos) y como a las cuatro de la mañana el bus se detuvo en la ruta y nos avisaron que teníamos que bajar. Se imaginarán que estar de noche en una ruta en el medio de Turquía sin entender nada no es muy agradable pero siempre hay un salvador y una de las pasajeras hablaba inglés y nos explicó que nos esperaba una combi que nos llevaría a Pamukkale porque el bus seguía para otro lado. Nos volvió el aire. Bajamos del bus, subimos a la combi y estuvimos unos minutos esperando que de otro bus bajaran otros viajeros y todos juntos fuimos hasta la ciudad. Como todavía era de madrugada nos dejaron en un hostel que parecía ser el único hotel abierto a esas horas. Ahí nos dispusimos a esperar que se hiciera una hora más decente. Lo único que queríamos era dormir pero el tipo de la recepción era un plomo y se la pasó ofreciéndonos alojamiento, excursiones, etc., no paraba de hablar.
Finalmente como a las 6 vinieron a buscarnos de nuestro hotel, el Melrose House. De afuera parecía una casa de fin de semana, tipo chalet. Obviamente no podíamos hacer el check inn a esa hora así que nos llevaron al comedor donde dormitamos un poco más y en cuanto habilitaron el desayuno nos abalanzamos sobre las tostadas, el yogur, las frutas secas, las mermeladas, los quesos... Nosotras siempre comiendo. Pudimos entrar a la habitación como a las 9 y fue un claro ejemplo del estilo kitsch: papel estampado, cortinas estampadas, cubrecamas estampados (todos distintos, obviamente), apliques dorados, pisos marmolados... Ay! Igual las instalaciones estaban bien y fue tan ridículamente barato, que no había nada de qué quejarse.
En el hotel nos confirmaron que no hacía falta contratar un tour para ir a Pamukkale y a Hierápolis y de hecho estábamos a unas pocas cuadras del sitio, así que hacia allí partimos después de un par de horas de sueño reparador. 
Pamukkale es uno de esos lugares que sólo existe porque hay una atracción cerca y que suelen no tener identidad propia y ser bastante feos. Se me ocurren otros ejemplos como Palenque en México, cerca de las fabulosas ruinas mayas, o Aguas Calientes en Perú, al pie de Macchu Pichu. Aquí hay algunas imágenes. No son mías porque no me pareció que valiera la pena sacar fotos pero no sé como describirla de otra manera. Tiene hoteles, restaurantes, lugares para comer y basta.  
Köy içinde bir cadde, Pamukkale

Pamukkale - the town

A medida que nos íbamos acercando empezamos a ver como asomaba la colina blanca y la sorpresa fue que en la base hay un club con sombrillas y todo. Será muy bueno para aprovechar el agua termal pero le saca todo el romanticismo. 

просто красивый вид

Empezamos a subir. Pero antes de pasar a Pamukkale en sí voy a mencionar Hierápolis, una antigua ciudad helenística cuyas ruinas se levantan en lo alto de la colina. Hay un anfiteatro, templos, paseos, una necrópolis... Pero puedo contarles mucho más porque no las vimos, entre el cansancio y el hecho de que veníamos de Atenas, no nos llamó demasiado la atención. 

Una de las grandes atracciones es "La piscina de Cleopatra", una antigua piscina de agua termal utilizada en el período romano como centro de salud. Nos atraía la idea de sumergirnos en el agua cálida entre restos de columnas y esculturas de mármol. Nada más alejado de la realidad. La "piscina de Cleopatra" es la Bristol!!!! (los argentinos me van a entender). El sitio está concesionado y se maneja como un balneario cualquiera, se paga una entrada con la que hay acceso a la pileta, los vestuarios y casilleros para las pertenencias, (hay que llevar toalla), alrededor de la pileta hay un patio de comidas y venta de souvenirs. 
Y la pileta... la pileta está repleta de gente (target PAMI), las columnas de mármol están cubiertas de musgo verde, el agua era cálida, sí, pero también parecía estancada. Nos dio un poco de impresión, sobre todo a mi amiga Loli, pero nos metimos igual porque ya estábamos ahí. Fue una experiencia entre molesta y graciosa (muy graciosa) que no pienso repetir. 

Pero basta de negatividad, estoy siendo exagerada, el lugar es una belleza. La montaña blanca, un verdadero castillo de algodón, es como una ilusión, por la ladera se escalonan unas piletas naturales de aguas azules y un hilo de agua termal recorre la orilla levantando un misterioso vapor. 

Lamentablemente tanto los visitantes como la gente de la ciudad abusó de esta fuente termal y le caudal disminuyó mucho. Por eso y porque es un poco peligroso, hoy no se permite meterse en ese sector. El piso parece suave y mullido pero es duro, rugoso y resbaladizo así que hay que caminar con cuidado. 
No hay nada mejor para entender el lugar que verlo en imágenes pero antes de dejarlos con las fotografías les cuento que volvimos a la ciudad como a las 3 de la tarde y nos fuimos directo al hotel donde cenamos mucho y muy bien (tienen una excelente cocina ahí mismo). Nos acostamos temprano porque al día siguiente tomábamos un avión a Estambul. Fue una gran cosa hacer la vuelta en avión porque de otro modo hubiéramos tenido que pasar otro día más en Pamukkale, donde no había más que hacer, y bancarnos otras 10 o 12 horas de bus hasta Estambul. 
En conclusión, Pamukkale es maravilloso pero es una atracción de medio día y no vale la pena tanto viaje. Me parece mejor visitarlo como parte de esos tours que recorren los sitios más importantes de Turquía o planear visitas a otros sitios cercanos como Konya que está a unas horas. 










+ info
Alojamiento
Melrose House: correcto, bien ubicado, con todos los servicios necesarios, muy buen desayuno y excelente cocina. La habitación fue muy económica, 44 euros para cuatro, y en comparación la cena fue más cara, 26 LT cada una, unos 10 euros. 
Transporte
Se puede llegar en bus desde distintas ciudades de Turquía. Para ir en avión, lo mejor, el aeropuerto más cercano es el de Denizli. Dentro de la ciudad todo puede hacerse caminando. El taxi al aeropuerto cuesta más o menos 90 LT para cuatro
Entrada a Pamukkale: 20 LT
Entrada a la piscina: 25 LT


Comentarios

  1. Laura , leí con mucha atención los relatos de tus viajes, ¡me encantaron! sobre todo los de Grecia y Turquía.... y me asaltó una duda ( de muchas ) ¿cómo lo haces con tu equipaje?, ¿cómo viajaste a turquía con maletas grandes y pequeñas? te lo pregunto porque pensaba viajar en Febrero a esos lugares, pero si hiciera el tour a Capadocia por un par de días, ¿dónde dejamos nuestras maletas grandes para poder viajar cómodos? ¡Cómo lo haz hecho tú en tus múltiples viajes por el mundo?

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Hola Gabriela, me alegra que te guste mi blog. Gracias!
    EL equipaje es uno de los grandes temas porque a mí, como a muchos, me encanta comprar. Yo tengo una valija mediana, llena a reventar llega a 23kg, y trato de no andar con dos valijas porque me muevo mucho. Cuando fuimos a Grecia y Turquía dejamos Estambul para el final porque sabíamos que íbamos a comprar de todo ahí y lo que trato de hacer es viajar con lo mínimo indispensable, 12 o 13 kg nada más, para andar liviana el mayor tiempo y además porque en todos mis viajes termino usando la mitad de lo que llevo y normalmente voy comprando ropa en el camino que uso durante el viaje.
    Siembre llevo un bolso plegable mediano y a veces una mochila. Hasta ahora me viene funcionando. Tené en cuenta que los viajes internacionales permiten generalmente 23k pero los internos y los lowcost permiten 20 y hasta 15 solamente así que hay que tener eso en cuenta para no tener que pagar sobrepeso. Y siempre te queda la opción de comprarte una valija si es que no queda más remedio. Estambul sería un buen punto para eso porque las venden a buen precio.
    El único país al que fui con dos valijas es Estados Unidos porque ahí si sé que voy a comprar de todo.
    Otra opción, por ej si vas a las islas griegas, es dejar la valija en Atenas y viajar con algo más chico. Porque seguramente vas a tener que volver a Atenas para tomar el avión a tu siguiente destino.
    Suerte!

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