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Bogotá

Confieso que no sabía casi nada de Bogotá antes de llegar y me encontré con una ciudad linda, con onda, aunque dificil de entender en los escasos tres días que pasamos ahí.
Desde el aeropuerto El Dorado tomamos un taxi hasta el hostel y nos encontramos con un trancón. En el camino vimos Ciudad Salitre, un barrio cercano al aeropuerto, súper moderno de oficinas, comercios y viviendas. También conocimos la razón de nuestra demora: la ejecución de una línea del Transmilenio (el nuevo sistema de transporte de la ciudad) desde el centro hasta El Dorado. Cuando nos adentramos en Bogotá nos encontramos con una ciudad baja, aparentemente poco densa, con edificaciones de impronta neotudor, mucho ladrillo y mucha vida en la calle.

Llegar al North House Hostel, ubicado en la zona rosa, no fue fácil, las direcciones son complicadas, el hotel estaba en una cortada y el taxista no se ubicaba! Como casi todas las ciudades colombianas Bogotá tiene un sistema de carreras (norte-sur) y calles (este-oeste) y las direcciones se forman con el número de carrera o calle donde está un edificio, el número de calle o carrera de la esquina y el número de puerta. Nuestro hostel estaba en Carrera 18 #80-66, el 80 es el número de la calle de la esquina y el 66 es el número de puerta. Qué ganas de complicarlo todo, no?
Lo mejor del hostel es la ubicación, en una zona de colegios y universidades (gente circulando todo el día), cerca de la estación Héroes del Transmilenio y cerca de la zona rosa. Por lo demás está bien, es chico y cómodo, aunque le falta mantenimiento, el agua sale tibiecita y los colchones son un poco duros. No tiene desayuno pero hay varios bares y cafeterías alrededor y el precio es conveniente.
Como nos habíamos levantado a las 4 de la mañana, para la tarde estábamos bastante cansadas así que nos dimos un baño y decidimos quedarnos por ahí y dejar el centro histórico para el día siguiente. Fue una buena elección porque no habíamos tenido en cuenta que Bogotá está a mucha altura (más de 2300m) y eso contribuía a nuestro cansancio.

La zona rosa es comercial y gastronómica y hay una subzona, la zona T, que estaba apenas a unas cuadras del hostel y que nos encantó porque hay calles peatonales repletas de bares, restaurantes, discos y dos centros comerciales. El viernes a la noche estaba todo repleto, era la hora del after office, y había buena onda. Paramos en un bar a tomar unos tragos y comer unas arepitas riquísimas. Después nos fuimos al Parque de la 93 que figura como uno de los lugares más atractivos pero en definitiva es una plaza rodeada de bares y restaurantes y poco más. Se supone que ahí hay actividades al aire libre pero ese día sólo estaba la banda de la policía tocando salsa y muy bien.

Comenzamos el día con un desayuno portentoso: arepas con huevos rancheros (revueltos con queso y salchichas). Igual lo nuestro fue nada comparado con lo que comían los demás: calentado (guiso de arroz con porotos y chorizo) o caldo de carnero (o algo así).

Fuimos a tomar el famoso Transmilenio que en realidad es un sistema de buses dobles que van por carriles exclusivos pero tienen unas estaciones impresionantes dignas de los trenes y metros más modernos del mundo. Como Bogotá es muy extensa, este es un medio ideal para evitar el tráfico terrible tanto por la cantidad de autos como por la manera espantosa en que manejan.
El Museo del Oro fue nuestra primera parada. Es impresionante e imperdible. La colección es muy interesante y está magníficamene exhibida. Lo mejor es la Sala de la Ofrenda, un espacio circular que ofrece un espectáculo de luz y sonido.

Después fuimos hacia La Candelaria, el centro histórico, la zona más colonial de la ciudad. Muy linda, bien conservada y con una especie de aire de provincia por la baja altura y la sencillez de los edificios. Hay cuadras muy lindas, con casas pintadas de colores, iglesias y placitas.

Aquí visitamos la Donación Botero que exhibe la colección de obras propias y ajenas que Botero donó a la nación. Están sus famosos "gordos" y sus esculturas de gran escala junto con obras de artistas tan importantes como Dalí y Picaso. Interesante y gratuito.

Después de dos museos correspondía una parada técnica y la hicimos en Juan Valdéz, donde probé el famoso tinto. Riquísimo!
A continuación la plaza principal, que obviamente se llama Bolívar, a cuyo alrededor están la Catedral, los Tribunales y el Congreso, bastante Versallesco. Es una plaza seca y enorme al estilo del zócalo mexicano e imagino que será escenario de manifestaciones y espectáculos. La estatua del pobre Bolívar queda medio perdida.

Detrás del Congreso está la Casa de Gobierno y más allá el edificio de los Archivos Nacionales de Rogelio Salmona, una cita ineludible para los arquitectos para ver aunque sea una muestra de la obra de ese gran arquitecto. Con mi amiga Marisú recordamos cuando teníamos que dibujar sus obras en la facultad...

Por la tarde fuimos al cerro Monserrate, otro de los puntos ineludibles de Bogotá sobre todo por las vistas de la ciudad. El mejor camino para llegar es la carrera 3 y luego la calle 20. Se sube en teleférico o funicular. Arriba está la Iglesia del mismo nombre, un viacrucis, venta de artesanías y varios restaurantes. Nosotras fuimos a Santa Clara y comimos una bandeja paisa riquísima. Este es un plato típico compuesto por un guiso de porotos, chicharrones, huevo frito, chorizo, morcilla, arroz, patacones y arepas. Es medio pesado, mejor compartir.
Las vistas desde el cerro son bárbaras y desde ahí se aprecia la gran extensión de la ciudad, que parece no terminar nunca, y la escasa altura de los edificios, salvo en zonas como la zona financiera.

Cuando bajamos caminamos por la Carrera 7 donde encontramos el Centro Colombiano de Artesanías (carrera 7 22-66) donde conocimos un trabajo lindísimo llamado Mola hecho con telas de distintos colores unidas a mano para formar unos diseños espectaculares. Tal como nos dijo el vendedor, conviene comprar estos productos en Bogotá porque no abundan en otras regiones y cuestan mucho más caros.
Por la noche intentamos entrar a Andrés Carne de Res , el lugar de moda, pero fue imposible, estaba repleto. Así que terminamos comiendo en Crepes & Waffles, no muy típico pero sí muy rico.
Al día siguiente partimos para Armenia pero volvimos a Bogotá al final de nuestro viaje. La intención era visitar la Catedral de Sal en Zipaquirá pero nos vencieron el cansancio y las ganas de hacer shopping, así que cambiamos lo cultural por lo comercial y nos fuimos de compras al Unicentro y al supermercado Exito donde encontramos algunas oportunidades.
Por la noche, nuestra última noche en Colombia, fuimos a Gaira Café Cumbia House. Es de Carlos Vives y está buenísimo, rica comida, tragos y música espectacular. Hay una banda en vivo que es propia de la casa y a veces actúan Vives y otros músicos invitados. Ese día Vives estaba pero disfrazado y tocó con la banda pero medio en chiste. El lugar estaba completo con reservas de hacía más de 15 días pero cuando dijimos que éramos argentinas y ese era nuestro último día en Colombia, enseguida nos hicieron pasar y nos armaron una mesa.

En Gaira se cobra una entrada, al menos por la noche, de $C 25.000. La comida tiene precios normales pero los tragos son caros aunque enormes, mojito $C 32.000.
Bogotá fue nuestro primer contacto con Colombia y lo que más nos impactó fue la simpatía y amabilidad de los colombianos que, además, a los argentinos nos tienen cariño.

Transporte
Para llegar: Aerolíneas Argentinas (vuelo directo), Avianca, Copa, Lan
Vuelos internos: Aires (exelentes precios), Avianca,
Transmilenio: $C 1600
Busetas: $C 1200
Taxis: no son nada caros y si se va en grupo a veces convienen antes que el transporte público. El taxi desde el aeropuerto cuesta unos $C 20.000 pero tomándolo desde la ciudad hacia El Dorado es un poco más caro. En la ciudad se manejan con reloj y un viaje de unas 30 cuadras puede costar unos $C 8.000. Hay suplemento por horario nocturno y por feriados.

Comida
Un desayuno típico con arepas y huevos revueltos puede costar $C 4.000 Hay opciones más "normales" como las cafeterías Juan Valdez y Oma y también está Dunkin Donuts, aquí un café con algo dulce cuesta alrededor de $C 5.000. Todas las opciones son ricas.
Para almorzar se puede optar por restaurantes y comedores locales. El plato típico es la bandeja paisa y casi todo viene acompañado con patacones y arroz. Cuando fuimos al Exito comimos ahí bien y barato.
A la hora de cenar también hay mil opciones y en la zona rosa especialmente hay para todos los gustos.

Alojamiento
North House Hostel $C 27.000 por persona en habitación para 6 con baño en la habitación, sin desayuno.

Compras
Lo mejor que encontramos en Colombia fue la ropa interior, de buena calidad y a buen precio. El resto de la ropa cuesta igual que en Buenos Aires aunque no hay nada demasiado lindo, salvo el algodón que es bueno, y se consiguen zapatos a buen precio.
En artesanías lo mejor es la mola. Carteras desde $C 60.000, billeteras $C 28.000, monederos entre $C 9.000 y 14.000, zapatos $C 50.000. Regateen!

Cambio
U$ 10 = $C 18.000 (aprox)

Más fotos de Bogotá

Comentarios

  1. Bogota es re lIndo, yo ya habia ido cuando tenia 16 con mi familia, y mis papas ya han ido varias veces por congresos de la Iglesia (evangelista).

    La comida Colombiana es bastante pesada, mas en Bogota, por la altura. MAs aun para ustedes el desayuno. Mas O menos como comen los colombianos, nosotros comemos, mucho y abudante a toda hora! Marisu se ha de haber asustado! jaja

    te falto igual comer Ajiaco de Pollo, que es una sopa de pollo cremosa muy rica! de picante no tiene nada.

    espero que Ecuador esta entre tus destinos proximos! beso, nos vemos en Abril!

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  2. Obvio que Ecuadro está entre mis destinos. No sé cuando pero ya se va a dar y en vos voy a tener un guía de alta calidad.
    Disfrutá tus últimos días en Japón y nos vemos.
    Besos

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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