Cuando empecé este blog en 2009 lo hice con la intención de compartir mi pasión por los viajes, mis experiencias, algunas anécdotas y varios consejos. Sencillamente, desde mi lugar de viajera curiosa, con ojos de arquitecta y aprovechando mi buena memoria.
La casualidad quiso que la entrada número 100 llegara con los 10 años del blog (mi intención era publicar esto en 2019) así que se me ocurrió hacer un repaso de los muchos viajes que tuve la suerte de hacer, muchos más de los que nunca imaginé, muchos menos de los que quiero hacer. Viajes que me llevaron hasta las antípodas, literalmente, que me permitieron conocer culturas increíbles y personas hermosas, visitar ciudades fabulosas, disfrutar de paisajes maravillosos, probar comidas deliciosas. Viajes que afianzaron amistades y crearon otras nuevas, y que me ayudaron a conocerme mejor.
En algún lado leí una frase que me encantó y me parece muy cierta:
Yo también cambié y sobre todo, aprendí cómo me gusta viajar: me gusta conocer lo más posible y generalmente paso pocos días en cada lugar para poder seguir el camino; me gustan las ciudades y me encanta mezclarlas con algo de naturaleza y unos días de playa para descansar; viajo pensando que voy a volver y por eso no me desespero si no llego a conocer algo pero me aseguro de visitar lo que más me atrae; ya no visito todos los museos, voy sólo a los que más me interesan (generalmente por el edificio, soy arquitecta después de todo) y a veces a ninguno, lo más interesante para mí está en las calles; privilegio la ubicación del alojamiento por sobre los lujos pero siempre chequeo si no hay alguna oferta loca en un 5 estrellas (me ha pasado); me despierto temprano, mucho más que cuando trabajo, y salgo a caminar, caminar y caminar, es la mejor manera de recorrer; prefiero viajar en (buena) compañía pero también me encanta viajar sola por unos días.
Aprendí a ser más sociable, a no ser tímida hablando otros idiomas, a animarme a la aventura, a mirar todos con ojos, mente y corazón abiertos. Aprendí que la enorme mayoría de la gente de este mundo es buena y siempre va a haber alguien dispuesto a tendernos la mano, que aunque nuestros rasgos sean diferentes y no comprendamos el idioma del otro tenemos mucho más en común de lo que pensamos. Aprendí a respetar lo diferente y a valorar la identidad de cada lugar, aprendí también que me falta mucho por aprender, y entendí que aunque quiero seguir viajando toda mi vida, mi lugar en el mundo es Buenos Aires, Argentina.
¿Mis favoritos? Imposible elegir por eso, a modo de resumen, voy a hacer collages de los sitios que más me impactaron por distintas razones. Quedarán muchos afuera, pero en fin, acá van.
Hay algo muy especial en eso de conocer un monumento, edificio o sitio del que hemos oído hablar mucho, que estudiamos en el colegio, o del que vimos mil fotos. A veces desilusionan un poco y otras veces nos impresionan enormemente.
Tuve la oportunidad de conocer varios de estos sitios maravillosos y puedo afirmar que ninguno me decepcionó no sólo por su grandiosidad sino porque cuando uno piensa (y hay que tomarse el tiempo de hacerlo) cuándo fueron realizados, en qué condiciones, con qué herramientas y con qué objetivos, adquieren una dimensión que excede por mucho su belleza.
En esta imagen: las Pirámides de Giza, Egipto, ineludibles aunque se hayan convertido en un cliché universal; el Coliseo, Italia, símbolo de la exuberante Roma; Machu Pichu, Perú, uno de los sitios que mejor refleja la relación entre cultura y paisaje; Ankor Wat, Camboya, tienen un aire de misterio encantador; el Partenón, Grecia, perfecto y omnipresente; Petra, Jordania, uno de los lugares más increíbles y bellos que conozco; la Gran Muralla, China, testimonio de la grandeza del imperio chino; el Valle de los Templos, Italia, uno de los mejor conservados; y Teotihuacan, México, joya de las grandes civilizaciones de América.
Hay lugares en nuestro planeta que nos recuerdan lo maravillosa que es la naturaleza y lo pequeños que somos los humanos. Tuve la suerte de conocer algunos que me impactaron, lugares en los que me habría quedado horas solo mirando.
Ischigualasto, Argentina, un paisaje de otro planeta; Antelope Canyon, piedra que seguir en movimiento; Cappadocia, Turquía, uno de los lugares más lindos del mundo al que tengo que volver para volar en globo; Bahía de Halong, Vietnam, uno de los lugares más lindos que conozco; 12 Apóstoles, Australia, bellos e imponentes; Gran Barrera de Coral, Australia, apenas la pude disfrutar, recomiendo NO ir en época de lluvias; Mar Muerto, Jordania, una experiencia única; Gran Cañón, EEUU, impactante por el tamaño y por su belleza; Cataratas del Iguazú, una verdadera maravilla que tenemos el orgullo de tener en Argentina.
Faltan varios sitios increíbles pero sobre todo el Glaciar Perito Moreno del que no tengo fotos mías porque fui hace más de 20 años.
Guggenheim Bilbao, España, fui atraída por el edificio y no me defraudó; Museo de Arte Contemporáneo, Brasil, obra maestra del maestro Niemeyer; Museo Nacional Nanjing, China, extraordinario edificio y gran colección, una sorpresa; Guggenheim NYC, EEUU, obra maestra del maestro Wright; British Museum, Gran Bretaña, es cierto que exhibe maravillas "robadas" a distintos países pero siguen siendo maravillas; Museo del Holocausto de Berlín, Alemania, arquitectura que emociona y abruma, casi como la tragedia que evoca; Metropolitan Museum, EEUU, apabullante pero fabuloso; Museo del Cairo, Egipto, se quedó en el 1900 y ese es su mayor tesoro; Museo del Louvre, Francia, apabullante pero fabuloso; Museo de Orsay, Francia, tal vez mi preferido por el período que exhibe y la belleza del edificio que además no apabulla.
Este es un rubro bastante incompleto para mí porque si bien he conocido playas hermosas, no fui a tantas (generalmente elijo vacacionar en ciudades) y aún no visité mucho del Caribe y nada de Polinesia por ejemplo. No me quejo, por supuesto, pero podría ir a algunas playas más.
Playa del Carmen, la foto es un escaneo de una de papel que tiene mil años, mi primer contacto con el mar Caribe, inolvidable; Green Island en Cairns Australia, la foto es engañosa porque llovió casi todo el tiempo que estuvimos ahí, excepto unas pocas horas en los que la playa fue fabulosa; Sharm el Sheik Egipto, confieso que no sabía que Egipto tenía estas playas, son muy lindas; Railay Beach, también en Tailandia, hermosa, tranquila, pequeña; Lopes Mendes, en Ilha Grande, Brasil, la visité hace poco y me enamoré, es un paraíso; Mykonos, agua muy fría pero hermosas igual; Río de Janeiro, Copacabana e Ipanema no podían quedarse afuera; Seaside, el pueblo costero donde se filmó The Truman Show en la Florida, arena blanca y agua turquesa.
Los perfiles de ciertas ciudades se han convertido en la postal que las identifica y para mí algunos, como el de Nueva York, son hipnóticos. Asia está ganando terreno en este rubro y lo que me encanta es que asumen sin vergüenza su papel como atracción y arman verdaderos espectáculos.
En este collage Sydney que se admira mejor en barco desde la bahía; Londres con sus cúpulas y torres; la increíble Shanghai que brilla cada noche; la clásica Nueva York; Río de Janeiro y su belleza natural y Hong Kong que cada noche arma un espectáculo de luces de 15 minutos transformando la ciudad en un escenario.
Esto es muy de arquitectos pero nosotros somos capaces de poner determinados destinos en el itinerario y aventurarnos a lugares insólitos para ver un edificio. Recuerdo que en mi primer viaje a Madrid con mi gran amiga Marisu hicimos como cinco combinaciones de metro para llegar a un suburbio sólo para ver un conjunto de viviendas de Oriol Bohigas y, por supuesto, no fue la única vez que hice locuras como esa ni será la última porque tengo una lista larguísima de obras para visitar.
Lloyd's Bank de Norman Foster en Londres, no se deja opacar por las nuevas torres que minan la zona; Museo de Arte Contemporáneo MAC, Niteroi Brasil, de Oscar Niemeyer, de otro planeta como su autor; Museo Guggenheim de Frank Lloyd Wright en NY, compite en belleza con las obras que exhibe; Ville Savoye de Le Corbusier, es como la meca de los arquitectos y conocerla para mi fue extraño, parece una maqueta y es extrañamente familiar; la Opera de Sydney, perfecta integración de arquitectura y paisaje; Museo del Holocausto de Daniel Libeskind en Berlín, con sus planos duros y sus vacíos logra transmitir parte del horror de la tragedia que recuerda; Casa Robie de Wright en Chicago, armonía y elegancia puras; Banco de Hong Kong y Shanghai de Foster en Hong Kong, una de esas torres que representa algo y no busca batir un récord.
En mis viajes he conocido algunas ciudades en las que, por distintas razones, me sentí muy, las disfruté francamente y a poco de irme sentí el deseo de volver. Todas las de este listado están sobre turisteadas (mi traducción del nuevo término over tourism) pero no me importa que sean un lugar común, a mi me encantan y quiero volver.
Roma, la ciudad eterna, en mi segunda visita la disfruté realmente, ya sin la "obligación" de conocer los grandes monumentos. Barcelona, ejemplo de desarrollo turístico y luego de lo que no hay que hacer con el turismo, es polifacética, atractiva, catalana y tiene mar, qué más? Nueva York, mis palabras sobran. Cada vez que voy a Río de Janeiro pienso que tendría que viajar todos los años, ya por el solo hecho de estar en Brasil se merece un lugar en cualquier lista pero además es hermosísima, decadente, musical y tiene playa, qué más? Lisboa, hermosa como todo Portugal, una joya aún no tan refinada como sus vecinas europeas, ojalá no pierda ese discreto encanto. Atenas, más allá de la Acrópolis esta ciudad es súper agradable y tiene onda, ya fue dos veces y volvería sin dudar. Londres, no hace falta describirla, lo mejor hoy es lo viva que está. Madrid, la primera vez que fui me sentí como en casa y luego se puso más linda aún. París, otra vez mis palabras sobran. Estambul, me sorprendió por su belleza y me encantó por su efervescencia caótica.
La casualidad quiso que la entrada número 100 llegara con los 10 años del blog (mi intención era publicar esto en 2019) así que se me ocurrió hacer un repaso de los muchos viajes que tuve la suerte de hacer, muchos más de los que nunca imaginé, muchos menos de los que quiero hacer. Viajes que me llevaron hasta las antípodas, literalmente, que me permitieron conocer culturas increíbles y personas hermosas, visitar ciudades fabulosas, disfrutar de paisajes maravillosos, probar comidas deliciosas. Viajes que afianzaron amistades y crearon otras nuevas, y que me ayudaron a conocerme mejor.
En algún lado leí una frase que me encantó y me parece muy cierta:
"Viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas"
Las cosas cambiaron mucho en diez años, mis antiguas libretas, que sigo coleccionando, fueron reemplazadas por el teléfono igual que la cámara de fotos, pero sigo registrando en palabras e imágenes para mí y para otros. Google, Street view, Tripadvisor y Booking están entre mis mejores amigos a la hora de planificar y viajar, mientras que Instagram y Whatsapp son hoy mi mejor manera de estar en contacto.Yo también cambié y sobre todo, aprendí cómo me gusta viajar: me gusta conocer lo más posible y generalmente paso pocos días en cada lugar para poder seguir el camino; me gustan las ciudades y me encanta mezclarlas con algo de naturaleza y unos días de playa para descansar; viajo pensando que voy a volver y por eso no me desespero si no llego a conocer algo pero me aseguro de visitar lo que más me atrae; ya no visito todos los museos, voy sólo a los que más me interesan (generalmente por el edificio, soy arquitecta después de todo) y a veces a ninguno, lo más interesante para mí está en las calles; privilegio la ubicación del alojamiento por sobre los lujos pero siempre chequeo si no hay alguna oferta loca en un 5 estrellas (me ha pasado); me despierto temprano, mucho más que cuando trabajo, y salgo a caminar, caminar y caminar, es la mejor manera de recorrer; prefiero viajar en (buena) compañía pero también me encanta viajar sola por unos días.
Aprendí a ser más sociable, a no ser tímida hablando otros idiomas, a animarme a la aventura, a mirar todos con ojos, mente y corazón abiertos. Aprendí que la enorme mayoría de la gente de este mundo es buena y siempre va a haber alguien dispuesto a tendernos la mano, que aunque nuestros rasgos sean diferentes y no comprendamos el idioma del otro tenemos mucho más en común de lo que pensamos. Aprendí a respetar lo diferente y a valorar la identidad de cada lugar, aprendí también que me falta mucho por aprender, y entendí que aunque quiero seguir viajando toda mi vida, mi lugar en el mundo es Buenos Aires, Argentina.
10 años del blog
100 entradas
5 continentes
35 países
230 ciudades
¿Mis favoritos? Imposible elegir por eso, a modo de resumen, voy a hacer collages de los sitios que más me impactaron por distintas razones. Quedarán muchos afuera, pero en fin, acá van.
Grandes monumentos de la antigüedad
Hay algo muy especial en eso de conocer un monumento, edificio o sitio del que hemos oído hablar mucho, que estudiamos en el colegio, o del que vimos mil fotos. A veces desilusionan un poco y otras veces nos impresionan enormemente.
Tuve la oportunidad de conocer varios de estos sitios maravillosos y puedo afirmar que ninguno me decepcionó no sólo por su grandiosidad sino porque cuando uno piensa (y hay que tomarse el tiempo de hacerlo) cuándo fueron realizados, en qué condiciones, con qué herramientas y con qué objetivos, adquieren una dimensión que excede por mucho su belleza.
En esta imagen: las Pirámides de Giza, Egipto, ineludibles aunque se hayan convertido en un cliché universal; el Coliseo, Italia, símbolo de la exuberante Roma; Machu Pichu, Perú, uno de los sitios que mejor refleja la relación entre cultura y paisaje; Ankor Wat, Camboya, tienen un aire de misterio encantador; el Partenón, Grecia, perfecto y omnipresente; Petra, Jordania, uno de los lugares más increíbles y bellos que conozco; la Gran Muralla, China, testimonio de la grandeza del imperio chino; el Valle de los Templos, Italia, uno de los mejor conservados; y Teotihuacan, México, joya de las grandes civilizaciones de América.
Grandes monumentos de la naturaleza
Hay lugares en nuestro planeta que nos recuerdan lo maravillosa que es la naturaleza y lo pequeños que somos los humanos. Tuve la suerte de conocer algunos que me impactaron, lugares en los que me habría quedado horas solo mirando.
Ischigualasto, Argentina, un paisaje de otro planeta; Antelope Canyon, piedra que seguir en movimiento; Cappadocia, Turquía, uno de los lugares más lindos del mundo al que tengo que volver para volar en globo; Bahía de Halong, Vietnam, uno de los lugares más lindos que conozco; 12 Apóstoles, Australia, bellos e imponentes; Gran Barrera de Coral, Australia, apenas la pude disfrutar, recomiendo NO ir en época de lluvias; Mar Muerto, Jordania, una experiencia única; Gran Cañón, EEUU, impactante por el tamaño y por su belleza; Cataratas del Iguazú, una verdadera maravilla que tenemos el orgullo de tener en Argentina.
Faltan varios sitios increíbles pero sobre todo el Glaciar Perito Moreno del que no tengo fotos mías porque fui hace más de 20 años.
Museos del mundo
Guggenheim Bilbao, España, fui atraída por el edificio y no me defraudó; Museo de Arte Contemporáneo, Brasil, obra maestra del maestro Niemeyer; Museo Nacional Nanjing, China, extraordinario edificio y gran colección, una sorpresa; Guggenheim NYC, EEUU, obra maestra del maestro Wright; British Museum, Gran Bretaña, es cierto que exhibe maravillas "robadas" a distintos países pero siguen siendo maravillas; Museo del Holocausto de Berlín, Alemania, arquitectura que emociona y abruma, casi como la tragedia que evoca; Metropolitan Museum, EEUU, apabullante pero fabuloso; Museo del Cairo, Egipto, se quedó en el 1900 y ese es su mayor tesoro; Museo del Louvre, Francia, apabullante pero fabuloso; Museo de Orsay, Francia, tal vez mi preferido por el período que exhibe y la belleza del edificio que además no apabulla.
Playas paradisíacas
Este es un rubro bastante incompleto para mí porque si bien he conocido playas hermosas, no fui a tantas (generalmente elijo vacacionar en ciudades) y aún no visité mucho del Caribe y nada de Polinesia por ejemplo. No me quejo, por supuesto, pero podría ir a algunas playas más.
Playa del Carmen, la foto es un escaneo de una de papel que tiene mil años, mi primer contacto con el mar Caribe, inolvidable; Green Island en Cairns Australia, la foto es engañosa porque llovió casi todo el tiempo que estuvimos ahí, excepto unas pocas horas en los que la playa fue fabulosa; Sharm el Sheik Egipto, confieso que no sabía que Egipto tenía estas playas, son muy lindas; Railay Beach, también en Tailandia, hermosa, tranquila, pequeña; Lopes Mendes, en Ilha Grande, Brasil, la visité hace poco y me enamoré, es un paraíso; Mykonos, agua muy fría pero hermosas igual; Río de Janeiro, Copacabana e Ipanema no podían quedarse afuera; Seaside, el pueblo costero donde se filmó The Truman Show en la Florida, arena blanca y agua turquesa.
Skylines icónicos
Los perfiles de ciertas ciudades se han convertido en la postal que las identifica y para mí algunos, como el de Nueva York, son hipnóticos. Asia está ganando terreno en este rubro y lo que me encanta es que asumen sin vergüenza su papel como atracción y arman verdaderos espectáculos.
En este collage Sydney que se admira mejor en barco desde la bahía; Londres con sus cúpulas y torres; la increíble Shanghai que brilla cada noche; la clásica Nueva York; Río de Janeiro y su belleza natural y Hong Kong que cada noche arma un espectáculo de luces de 15 minutos transformando la ciudad en un escenario.
Edificios que estudié en la facultad y tenía que conocer
Esto es muy de arquitectos pero nosotros somos capaces de poner determinados destinos en el itinerario y aventurarnos a lugares insólitos para ver un edificio. Recuerdo que en mi primer viaje a Madrid con mi gran amiga Marisu hicimos como cinco combinaciones de metro para llegar a un suburbio sólo para ver un conjunto de viviendas de Oriol Bohigas y, por supuesto, no fue la única vez que hice locuras como esa ni será la última porque tengo una lista larguísima de obras para visitar.
Lloyd's Bank de Norman Foster en Londres, no se deja opacar por las nuevas torres que minan la zona; Museo de Arte Contemporáneo MAC, Niteroi Brasil, de Oscar Niemeyer, de otro planeta como su autor; Museo Guggenheim de Frank Lloyd Wright en NY, compite en belleza con las obras que exhibe; Ville Savoye de Le Corbusier, es como la meca de los arquitectos y conocerla para mi fue extraño, parece una maqueta y es extrañamente familiar; la Opera de Sydney, perfecta integración de arquitectura y paisaje; Museo del Holocausto de Daniel Libeskind en Berlín, con sus planos duros y sus vacíos logra transmitir parte del horror de la tragedia que recuerda; Casa Robie de Wright en Chicago, armonía y elegancia puras; Banco de Hong Kong y Shanghai de Foster en Hong Kong, una de esas torres que representa algo y no busca batir un récord.
Ciudades a las que quiero volver (otra vez)
En mis viajes he conocido algunas ciudades en las que, por distintas razones, me sentí muy, las disfruté francamente y a poco de irme sentí el deseo de volver. Todas las de este listado están sobre turisteadas (mi traducción del nuevo término over tourism) pero no me importa que sean un lugar común, a mi me encantan y quiero volver.
Roma, la ciudad eterna, en mi segunda visita la disfruté realmente, ya sin la "obligación" de conocer los grandes monumentos. Barcelona, ejemplo de desarrollo turístico y luego de lo que no hay que hacer con el turismo, es polifacética, atractiva, catalana y tiene mar, qué más? Nueva York, mis palabras sobran. Cada vez que voy a Río de Janeiro pienso que tendría que viajar todos los años, ya por el solo hecho de estar en Brasil se merece un lugar en cualquier lista pero además es hermosísima, decadente, musical y tiene playa, qué más? Lisboa, hermosa como todo Portugal, una joya aún no tan refinada como sus vecinas europeas, ojalá no pierda ese discreto encanto. Atenas, más allá de la Acrópolis esta ciudad es súper agradable y tiene onda, ya fue dos veces y volvería sin dudar. Londres, no hace falta describirla, lo mejor hoy es lo viva que está. Madrid, la primera vez que fui me sentí como en casa y luego se puso más linda aún. París, otra vez mis palabras sobran. Estambul, me sorprendió por su belleza y me encantó por su efervescencia caótica.
Argentina
La gran ausente de este blog es sin dudas mi amada Argentina aunque paradójicamente lo inauguré hablando de Ushuaia. Desde que empecé a viajar con asiduidad mis vacaciones fueron en el exterior y por eso mis viajes por Argentina quedaron relegados pero trato de incluir una escapada a alguna provincia cada tanto y tengo la suerte de que mi trabajo me lleve por distintos lugares del país. Prometo dedicarme a la hermosa Argentina pronto (el dólar "solidario" seguramente ayudará a mi escritura) porque mi país es realmente uno de los más bellos del mundo y hay mucho por conocer.
Los Esteros del Iberá, Corrientes, una maravilla natural que afortunadamente los argentinos estamos empezando a apreciar. Estancia Maria Behety en Tierra del Fuego, para mi representa la belleza de la Patagonia y el espíritu de los pioneros que se aventuraron en ese territorio basto e inhóspito. El cañón del Atuel en Mendoza es sólo una pequeña muestra de la maravillosa provincia cuyana, tierra del sol y del vino. Antofagasta de la Sierra en Catamarca fue para mí una increíble sorpresa, Catamarca es una de las provincias menos exploradas del país pero sin embargo guarda tesoros como esa puna inmensa y fascinante con volcanes, lagunas, salares y paisajes fuera de este mundo. De las Cataratas del Iguazú no hace falta decir mucho porque, merecidamente, es una de las maravillas naturales ampliamente reconocidas en todo el mundo y no defrauda. Con Purmamarca represento la belleza de los paisajes del noroeste argentino especialmente de Salta y Jujuy, con sus cerros de colores, sus pueblos de adobe y esa cultura que nos acerca tanto a nuestra historia verdaderamente americana. Talampaya en La Rioja es un testimonio más de los fabulosos paisajes que aloja este país. La Ciudad de Rosario es una de las que más me gustan además de Buenos Aires y como muchas otras ciudades de Argentina atrae por su arquitectura, su historia y su gente. A Ushuaia no le hago nada de justicia con esa foto, es un lugar muy especial en el que verdaderamente sentí que estaba en el fin del mundo. Las Ruinas Jesuíticas de San Ignacio en Misiones reflejan el valor de nuestra historia.
Esta es fácil: Buenos Aires.
Los Esteros del Iberá, Corrientes, una maravilla natural que afortunadamente los argentinos estamos empezando a apreciar. Estancia Maria Behety en Tierra del Fuego, para mi representa la belleza de la Patagonia y el espíritu de los pioneros que se aventuraron en ese territorio basto e inhóspito. El cañón del Atuel en Mendoza es sólo una pequeña muestra de la maravillosa provincia cuyana, tierra del sol y del vino. Antofagasta de la Sierra en Catamarca fue para mí una increíble sorpresa, Catamarca es una de las provincias menos exploradas del país pero sin embargo guarda tesoros como esa puna inmensa y fascinante con volcanes, lagunas, salares y paisajes fuera de este mundo. De las Cataratas del Iguazú no hace falta decir mucho porque, merecidamente, es una de las maravillas naturales ampliamente reconocidas en todo el mundo y no defrauda. Con Purmamarca represento la belleza de los paisajes del noroeste argentino especialmente de Salta y Jujuy, con sus cerros de colores, sus pueblos de adobe y esa cultura que nos acerca tanto a nuestra historia verdaderamente americana. Talampaya en La Rioja es un testimonio más de los fabulosos paisajes que aloja este país. La Ciudad de Rosario es una de las que más me gustan además de Buenos Aires y como muchas otras ciudades de Argentina atrae por su arquitectura, su historia y su gente. A Ushuaia no le hago nada de justicia con esa foto, es un lugar muy especial en el que verdaderamente sentí que estaba en el fin del mundo. Las Ruinas Jesuíticas de San Ignacio en Misiones reflejan el valor de nuestra historia.
Mi lugar en el mundo
Esta es fácil: Buenos Aires.
No imagino mi vida en otro lugar, ni siquiera en otra ciudad de Argentina. A Buenos Aires la quiero no sólo porque aquí nací, crecí y vivo, porque aquí están mi familia y mis amigos y aquí me desarrollé profesionalmente, pero también porque es realmente una de las ciudades más hermosas del mundo y casi todos los que la conocen piensan lo mismo.
Me cuesta describirla así que los invito a conocerla, no se van a arrepentir.
Me cuesta describirla así que los invito a conocerla, no se van a arrepentir.
En la próxima entrada volvemos al lejano oriente con una ciudad fantástica:
Shangai
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