Y llegó el final de nuestra visita a Sicilia con un par de días en Catania, una ciudad de la que no esperábamos demasiado pero que nos sorprendió gratamente y nos hubiera gustado quedarnos al menos un día más.
La historia de Catania comienza en los años 729-728 a.C., cuando unos colonos griegos de Naxos fundaron Kατάvη, Katane. Tras un periodo de dominio de Siracusa en el 263 a.C., la historia de la ciudad continuó bajo el dominio de Roma. A lo largo de los siglos, la ciudad ha ido sufriendo el mismo destino que el resto de Sicilia, con periodos de dominación, destrucción y renacimiento. En 1402, con el rey aragonés Martín I de Sicilia, Catania se convirtió en la capital del Reino de Sicilia.
Dos gravísimas catástrofes naturales, la erupción del Etna en 1669 y el terremoto de Val di Noto en 1693, introdujeron a Catania en la modernidad: el estilo barroco siciliano es el resultado de la voluntad de sus ilustres arquitectos por reconstruirla. En 1816, un año después del Congreso de Viena y tras el Tratado de Casalanza, el reino de Sicilia y el reino de Nápoles se unieron, dando lugar al Reino de las Dos Sicilias. Poco después, Catania adquirió la condición de municipio y, gracias a la reforma administrativa borbónica, se convirtió en una de las 7 provincias de Sicilia.
Tras formar parte del Reino de Italia en 1860, Catania fue la octava entre 27 ciudades condecoradas con la medalla de oro como "benemérita del resurgimiento nacional" por las acciones altamente patrióticas emprendidas por la ciudad durante el Risorgimento.
Hoy Catania es la segunda ciudad de Sicilia detrás de Palermo. Se sitúa al este de la isla, sobre el mar Jónico, a los pies del volcán Etna. Fue declarada Patrimonio Mundial en 2002 por su arquitectura exponente del barroco siciliano.
Llegamos a la ciudad por la tarde y, después de lidiar con el caótico tránsito siciliano e instalarnos en el departamento que habíamos alquilado, salimos a recorrer el centro histórico y enseguida nos dimos cuenta de que se trataba de una ciudad hermosa y con mucha onda.
El tránsito no es broma en las ciudades sicilianas, esta imagen no alcanza a describir lo caótico que es. Paciencia y atención es todo lo que les puedo recomendar. |
Nuestro departamento estaba a unos metros de la famosa Fuente del elefante y de la Via Etnea, una calle comercial importante que atraviesa el casco histórico.
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Via Etnea con el volcan Etna a lo lejos |
Acá les dejo algunas imágenes de esta hermosa ciudad que, lamentablemente, no pude conocer demasiado.
La vista desde nuestro departamento |
Estas imágenes, excepto la de abajo a la izquierda, son del Palazzo dell’Università (Siculorum Gymnasium), sede del Rectorado de la Universidad de Catania, construido luego del terremoto de 1693. |
Lo que sí recorrimos con tiempo fue el Mercado del Pescado, La Pescheria en italiano, A' Piscaria en siciliano, que comenzó a funcionar en la Piazza Mazzini después del terremoto de 1693. Desde el siglo XIX se realiza en su lugar actual, cerca de la Piazza del Duomo.
Los mercados para mí fueron lo más representativo de lo que yo esperaba encontrar en Sicilia, gente por todos lados, mucha actividad, gritos, vitalidad. La escena es fascinante y está protagonizada por los puesteros que se esfuerzan por atraer clientes y vender sus productos, por los clientes que van desde encargados de restaurantes a señoras con sus carritos, y, obviamente, por los increíbles productos a la venta: frutas y verduras frescas, exquisitos quesos, y, en este caso, infinita variedad de pescados.
Al igual que cuando visitamos el mercado de Palermo deseamos poder quedarnos más días en la ciudad para poder comprar algunas de esas delicias y cocinarlas en el departamento o para probar algunos de los platos preparados que se pueden encontrar allí.
Con estas imágenes del mercado, y una última foto del grupete y de la comida que disfrutamos en Catania, termino mi relato de nuestro paso por Sicilia.
Pero antes de dejar Italia y pasar al último destino de ese viaje, Malta, tengo que hacer una reflexión y una autocrítica.
Viajo todo lo que puedo pero mucho menos de lo que quisiera, por eso trato de visitar varios lugares cada vez que lo hago. En general aunque pase pocos días en un lugar cuando me voy siento que lo conocí y lo disfruté y casi siempre me quedo con ganas de volver pero para conocer aún más.
En este caso siento que no hicimos bien el viaje, fue muy rápido y no llegamos a conocer realmente los lugares en los que nos quedamos y me quedó una espina por eso. Siempre trato de hacer los tours gratuitos y esta vez no lo hicimos, no recuerdo por qué, tampoco entramos a ningún edificio ni museo, salvo el Valle de los Templos en Agrigento. No sé, disfrutamos un montón pero algo no estuvo del todo bien.
No descarto seguir haciendo estos viajes de muchos lugares en poco tiempo (de hecho en junio 2022 recorrí parte de la Provence y la Costa Azul en 10 días) pero tengo muchas ganas de hacer un viaje con pasaje, los primeros días de alojamiento y desde ahí ver adonde me lleva el viento.
En fin... es una razón para volver a Sicilia, cosa que no está nada mal. 😎
Próxima (y última) parada Malta
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