Toda esa historia se concentra en esta pequeña isla de apenas 316 km2 y 480.000 habitantes, evidentemente el día que pasé allí no alcanza para conocerla pero sí para tener una idea y para disfrutar de este destino singular al que no me molestaría nada regresar, en todo caso con un par de días más para hacer excursiones y vida de playa.
Como teníamos un solo día decidimos hacer algo que no hacemos habitualmente pero que en este caso nos pareció la mejor opción, tomar el bus turístico hop on - hop off.
El City Sightseeing tiene dos rutas, la sur y la norte. Nosotras tomamos la norte, marcada en azul en el mapa, desde el punto de partida Bugibba hacia La Valetta pero seguimos de largo hasta Mdina adonde hicimos la primera parada. Luego lo tomamos nuevamente en Rabat pero en el sentido contrario para regresar a La Valetta y sí pasar ahí un buen rato. Obviamente tuvimos que elegir porque teníamos poco tiempo y en definitiva creo que estuvo bien, con un día más hubiéramos tomado la ruta sur para completar la vuelta a la isla y con un tercer día podríamos haber disfrutado de algunas de las playas o visitar las islas Gozo y Comino.
Aquí les muestro algunos de los sitios que pudimos ver desde el Bus. Nosotras solo bajamos en Mdina pero pueden descender en cualquiera de las paradas y volver a tomar el bus para continuar su recorrido.
Pembroke es una de las ciudades de Malta y se caracteriza por la presencia de entidades educativas como la Middlesex University del Reino Unido. La zona está poblada por estudiantes incluso extranjeros que eligen la isla para aprender inglés. Aquí también se encuentra la "Pembroke pool", una hermosa piscina natural.
St. Jullian's es una de las ciudades con más ambiente nocturno pero también tiene un lindísimo paseo marítimo en el que se encuentra la iglesia Nuestra Señora del Monte Carmelo. Es otra de las ciudades preferidas de los estudiantes.
Floriana está en las afueras de la capital La Valetta. Se destaca la iglesia San Publio, que no visitamos pero es muy hermosa, y las fortificaciones construidas en el siglo XVII por el ingeniero militar Pietro Paolo Floriani en honor a quién fue nombrada esta ciudad.
Como en todas las ciudades costeras por las que pasamos encontramos una importante marina y un paseo costero bordeado de edificios residenciales, locales y restaurantes.
Mdina. Aquí sí bajamos del bus para visitar la llamada Ciudad del silencio ubicada sobre una colina en el centro de Malta.
Mdina fue fundada por los fenicios que poblaron Malta en el año 700 a.C. Debido a su situación estratégica en una colina alejada del mar, esta ciudad amurallada se convirtió en la capital de Malta hasta 1530. Durante el periodo romano, Mdina fue rebautizada como “Citta Vecchia”.
Se cree que cuando el apóstol San Pablo naufragó en Malta, se asentó en Mdina y comenzó desde aquí a expandir el catolicismo por toda la isla.
A lo largo de su historia, Mdina ha estado habitada por fenicios, romanos, árabes y por los Caballeros de la Orden, que construyeron la mayor parte de los edificios que permanecen en pie hoy en día. Sin embargo, la estructura urbanística de Mdina corresponde al trazado típico de las ciudades árabes, con calles estrechas que se entrelazan entre sí.
En la imagen superior, abajo a la izquierda, vemos el patio del Palacio Falson, el edificio medieval mejor conservado de Malta, que actualmente aloja el Museo de historia de Mdina.
La Catedral de San Pablo, arriba a la derecha en la imagen siguiente, fue fundada en el siglo XII pero el edificio actual, de estilo barroco, es una reconstrucción del siglo XVIII ya que el original fue seriamente dañado por el terremoto de Sicilia de 1693.
Es una ciudad preciosa, aún cercada por las murallas construidas en distintas épocas para defenderla. Su interior es un entramado de calles y callejones bordeados de arquitectura de piedra en excelente estado.
Mdina fue también una de las locaciones de Juego de Tronos, serie que no vi pero seguro los fanáticos reconocerán los distintos escenarios. Sin dudas es una ciudad ideal para filmaciones, no cuesta nada imaginarse a los templarios atravesando sus calles.
Desde Mdina fuimos caminando hasta Rabat que fue construida sobre una antigua villa romana adonde se encontraban las Catacumbas de San Pablo que aún se conservan y se pueden visitar al igual que los restos de la villa.
Nosotras apenas recorrimos alguna de sus calles, creo que Mdina y Rabat merecen más tiempo para poder adentrarnos más en su interesante historia, clave para el cristianismo ya que fue en Rabat donde los primeros cristianos malteses comenzaron con su culto gracias a San Pablo.
En las fachadas de estas dos ciudades es habitual encontrar imágenes y escenas religiosas muy hermosas que dan cuenta del lugar que tuvo la fe cristiana en ellas.
Luego nos dirigimos a la atracción principal, La Valeta, la capital de Malta, una ciudad hermosa, muy fotogénica tanto desde la bahía como en sus calles empinadas y adornadas por esos balcones coloridos tan particulares.

La historia de La Valeta se remonta a mediados del siglo XVI, cuando el gran maestre de la Orden de los Caballeros de Malta Jean Parisot de La Valette impulsó el proyecto de una gran ciudad amurallada para defender a la isla de ataques externos.
Cuando Carlos V cedió Malta a los Caballeros de la Orden, estos se instalaron en una de Las Tres Ciudades, Vittoriosa, desde donde planearon la construcción de una gran ciudad. Tras el Gran Asedio de Malta, La Valeta se empezó a edificar junto al puerto Grand Harbour en 1556. Tan solo 15 años después, se terminaron sus bastiones, el Fuerte de San Telmo y la Concatedral de San Juan.
Esta nueva ciudad gana importancia rápidamente y gente de otras partes de la isla se traslada a vivir allí en busca de protección. La Valeta se convirtió en capital de Malta en 1570.
El bus nos dejó frente a la Fuente de Tritón ubicada justo por fuera de las murallas que encierran la ciudad. Fue inaugurada en 1959 en homenaje a oficiales de la Commonwealth que participaron en las batallas de la Segunda Guerra Mundial.
Enseguida llegamos al City Gate que hoy es la entrada principal a la ciudad. El edificio, que forma parte de un proyecto urbano, es obra del arquitecto Renzo Piano, está construido en piedra, material predominante en la arquitectura de la isla, pero con líneas contemporáneas y austeras. Se ubica al lado de los antiguos muros y fosos y alberga el nuevo parlamento y un teatro dentro de las ruinas del antiguo Teatro Real.

Las murallas, además de recordar la necesidad de defensa que tuvo el país en distintas épocas de su historia, muestran el notable desarrollo de la ingeniería y arquitectura de los Caballeros de la Orden.
La calle principal es República, una peatonal comercial sobre la que se encuentran varias atracciones como el Museo Arqueológico, la Catedral, la Biblioteca Nacional y la Plaza St. George.
Lo que más me gustó de la ciudad fueron las calles empinadas con las escaleras llenas de mesas de los restaurantes
Desde afuera la ciudad se ve de un color ocre suave, como la piedra con la que está construida, pero sus calles internas ofrecen otro paisaje, más complejo y colorido.
Gran parte de la arquitectura de Malta es barroca, durante esa época desde la calle podían verse los suntuosos interiores de las residencias que protegían su privacidad con los coloridos balcones que se convirtieron en un símbolo del país. Los británicos intentaron borrar el barroco e impusieron el estilo neoclásico, además introdujeron nuevas tipologías y promovieron cambios urbanísticos. Desde fines del siglo XIX a principios del XX florecieron el eclecticismo y los estilos "neo".
En los años 80 se desarrollaron muchos emprendimientos de edificios en altura que pudimos ver en las distintas ciudades desde el bus pero, afortunadamente, sitios como Mdina, Rabat y La Valeta conservan su patrimonio y su identidad.
Sin dudas es un destino interesante del que no sabía absolutamente nada y me sorprendió con su rica historia, su hermosa arquitectura, ese bellísimo mar que la rodea y que me quedé con ganas de disfrutar, y con una interesante vitalidad.
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Alojamiento
Buccaneers Boutique Guest House. Es un hotel agradable situado en St. Paul's Bay que está lejos de La Valetta pero se puede llegar fácilmente en el bus turístico o en taxi. A pesar de lo que dice el nombre no me pareció boutique, es un hotel normal. Nuestra habitación para 5 era grande y cómoda, tenía un buen desayuno que se servía en un local de la planta baja que por las noches funcionaba como bar y poco más. De todos modos estuvimos solo dos noches y la relación precio-servicio fue buena así que estuvo bien. Aclaro que mi viaje fue en mayo de 2019 así que las cosas pueden haber cambiado.
Gastronomía
En apenas 1 día y medio no hubo mucho tiempo para disfrutar de la gastronomía local pero en Don Mesquita, Mdina, comimos unas tablas muy ricas y por la noche, en Peppino's en St. Julian's, probamos el conejo que es uno de los platos típicos de la isla y estaba riquísimo.
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