El año 2018 fue excelente para mí desde lo profesional porque obtuve dos becas para viajar al exterior. En noviembre viaje a China, como les conté en las entradas pasadas, pero antes, en mayo, viajé a París para participar por segunda vez en el programa Sejours Culture de la Maison de Cultures du Monde. La primera vez había sido en 2009, experiencia que también relaté en este blog inaugurado ese mismo año. Como aquella vez aproveché el viaje a Europa y me quedé unos días en Londres. Pero ahora vamos con París, una ciudad que nunca me deja de encantar.
Esta fue mi tercera visita a París, la primera en mi primer viaje al exterior y cumplí con los principios de todo turista: cinco días, alojamiento en el barrio latino, visitas a todos los museos importantes con la Museum Pass, barquito por el Sena, subida a la torre Eiffel y visita a Versalles. Y no lo digo mal, fue un viaje hermoso que recuerdo con mucha felicidad. La segunda visita, con la beca, me permitió pasar tres semanas en la ciudad y para colmo alojada en un barrio de ensueño: Montmartre, en el que me sentí Amelié. Aunque París es una de esas ciudades que nunca se llegan a conocer del todo, tres semanas es un período excelente para recorrerla más allá de los sitios turísticos habituales y yo la aproveché todo lo que pude. Esta última vez no tuve tanto tiempo, diez días que incluyeron un viaje por el día a Bordeaux, pero visité varios lugares que me habían quedado pendientes y la verdad es que hasta unas pocas horas en París valen la pena, así de hermosa es.

Estos son los lugares que visité. Espero que el relato les traiga buenos recuerdos o les sugiera ideas para esa lista que todos estamos haciendo pensando en cuando podamos volver a viajar.
Le Marais
Este es sin dudas uno de los barrios más lindos de París, ubicado en la orilla derecha del Sena cerca de Notre Damme y del Louvre. El antiguo barrio judío hoy es un barrio elegante y relajado a la vez que mezcla tradición y moda, menos "turisteado" que el famoso Barrio Latino que queda del otro lado del río. Partí hacia allí desde mi hotel en la estación Parmentier, cerca de la plaza Republique.
Caminando hacia allí desde mi hotel, que estaba cerca de Republique, por calles desconocidas, sobre la Rue de Bretagne encontré el Marché les enfants-rouges (mercado de los niños rojos) fundado en 1615 en el Haute-Marais. Los mercados son parte de la esencia de esta ciudad, sobre todo los callejeros como los de las calles Moufetard y Montorgueil, y aunque son un gran atractivo turístico la realidad es que es aquí donde los parisinos hacen sus compras o se reúnen para una comida al paso. Es fascinante verlos elegir entre esos fabulosos quesos y salir con la baguette bajo el brazo.
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Square du Temple, Carré du Temple y los alrededores. Linda zona para explorar. |
El corazón de este barrio tal vez sea la fabulosa Place des Vosges, una de las más antiguas y hermosas de la ciudad. Fue construida a principios del siglo XVII por orden de Enrique IV y fue un gran avance urbanístico en la época. Está rodeada por edificios de ladrillo y piedra con arcadas comerciales en la planta baja. La plaza es un oasis de belleza y tranquilidad, pasé por ahí un domingo y estaba poblada de turistas, por supuesto, pero también de parisinos paseando con sus hijos o haciendo un pic-nic en el césped.

A su alrededor hay antiguas residencias como el Hotel Carnavalet, construido durante el Renacimiento hoy es un museo de la ciudad y además muestra la forma de vivir en esas grandes viviendas urbanas, la casa de Victor Hugo que aún no visité (lo anoto para la próxima vez).
El Marais además está lleno de rincones increíbles y es el barrio ideal para recorrerlo sin rumbo.
Entre esas grandes residencias se encuentra el Museo Picasso funciona en el antiguo Hotel Salé que fue reformado entre 1979 y 1985 por el arquitecto argelino Roland Simounet quien tuvo el desafío de transformar la residencia en museo respetando los sectores protegidos, es Monumento Histórico Nacional. Su obra genera un contraste marcado pero sutil entre lo antiguo y lo moderno logrando que al visitarlo uno descubra tanto el edificio del siglo XVII como el arte de Picasso. Es una obra muy hermosa y como arquitecta me atrajo tanto como la obra del artista que celebra.
Sobre Picasso cuando visité el museo había una exposición muy buena con versiones del Guernica hechas por distintos artistas en distintos formatos.
Sobre Picasso cuando visité el museo había una exposición muy buena con versiones del Guernica hechas por distintos artistas en distintos formatos.
Un poco más allá nos encontramos con el Centro Pompidou, una obra icónica de la arquitectura moderna diseñado por Renzo Piano y Richard Rogers que causó espanto en su momento pero luego se convirtió en un hito urbano y cultural. Esta vez no lo visité pero no pude resistirme a pasear por los alrededores y ver también la fuente Stravinsky y un mercado de flores lindísimo en la Ile de la Cité, el mercado de la Reina Elizabeth II.
Les Halles
Si hay una zona extraña en el centro de París es Les Halles, ubicado a unas cuadras del Pompidou al lado de Le Marais . El antiguo mercado mayorista de hierro y vidrio fue demolido en los años 60 por ser considerado insalubre y además una barrera urbanística para la ciudad, lo que fue una pena en mi opinión, hoy creo que se habrían conservado algunos módulos al menos. A principios de los 70 se realizó un concurso para la zona que ganaron los arquitectos Claude Vasconi y Georges Pencreac'h con un proyecto llamado Forum Les Halles que se desarrollaba hacia los subsuelos con fachadas de vidrio como cascadas.


Esta obra y la idea en sí fueron fuente de muchas polémicas y el proyecto no tuvo el éxito esperado. Cuando visité París por primera vez en 1998 me pareció un lugar frío, descuidado y muy antiguo a pesar de ser bastante reciente. Tan poco éxito tuvo que apenas 30 años después se hizo una nueva renovación de la zona esta vez con un proyecto conocido como "la canopée" de Patrick Berger y Jacques Anzuitti. En 2009 lo encontré en obra y finalmente pude verlo terminado en 2018.
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Esta no es mía, es muy difícil abarcar la estructura con una cámara común y a nivel peatonal, pero sirve para comprender mejor de qué se trata y el contraste que se genera con la edificación que la rodea. |
El proyecto incluye un centro comercial y de servicios, con una estación de transferencia de metro, que al igual que el proyecto de los '70 se desarrolla mayormente en los subsuelos, unificado por una gran cubierta. También se mejoró el espacio verde entre Les Halles y la Bolsa, el único monumento que fue preservado del conjunto original del mercado.
¿Qué decir de la obra? La cubierta por materialidad y diseño es muy interesante, sobre todo en su desarrollo tecnológico, pero genera una estructura extraña, es como una gran masa que avanza sobre el tejido histórico de la ciudad, sin la irreverencia del Pompidou, y a simple vista sigue siendo una barrera urbana. El parque frente a ella, Jardín Nelson Mandela, es muy lindo, tiene un diseño contemporáneo y combina elementos comunes en la actualidad como juegos de agua, en un espacio muy agradable al que fui más de una vez en mi corta estadía.
La zona sí parece haber mejorado, en mi visita anterior en 2009 la encontré con muy mal ambiente y al atardecer no me dieron ganas de quedarme, pero ahora el clima es muy diferente, los parisinos y los turistas lo disfrutan mucho y de este parque nace la Rue Montorgueil que es una calle encantadora con mercado, lindos locales y bares que a la tarde florecen con el after office.
Louvre, Rivolí, Palais Royal
Esta zona abarca el Louvre, el Jardín de las Tullerías, la Rue Rivolí y el Palais Royal que es uno de mis paseos preferidos para conocer la París que todos imaginamos.
Del Louvre no voy a hablar demasiado porque todos lo conocemos aunque no lo hayamos visitado y porque está vez no entré al museo, pero sí visité el Carrousel y el centro comercial de los subsuelos que también es interesante porque permite ver algunos restos arqueológicos.
Esta es una de las zonas más bellas y elegantes de la ciudad. El Palais Royal es para mí un oasis por su elegancia y la tranquilidad y armonía de sus jardines, y muy cerca está la famosa Place Vendome, otro ícono de la elegancia en el mundo.
Una de las calles más bellas de esta zona es la Rue Rivolí, elegante, suntuosa, casi perfecta.
Opera
La Opera Garnier se encuentra muy cerca del Palais Royal y es otro edificio emblemático que vale la pena visitar, asistiendo a una función o con una visita guiada. Esta zona es casi frenética, hermosa y elegante pero con una actividad incesante porque es un nodo de tránsito y transporte y porque es el área de los grandes almancenes Lafayette y Printemps. Estas dos galerías me ponen nerviosa francamente por la cantidad de gente que hay siempre pero las visito porque me encanta el sector gastronómico de Printemps y el interior de Lafayette con su cúpula vidriada. Además las dos tienen miradores gratuitos con excelentes vistas de la ciudad y Printemps tiene un sector gourmet donde se nos hace agua la boca.
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Otra visita ineludible en esta zona son los Jardines de las Tullerías y si van tienen que quedarse un rato en las famosas sillas de hierro verde que ya son parte del paisaje. Si tienen tiempo les recomiendo visitar el museo L'Orangerie, un pequeño museo situado al final de los jardines, frente a la Place de la Concorde que exhibe la preciosa obra Los nenúfares de Monet. |
Opera
La Opera Garnier se encuentra muy cerca del Palais Royal y es otro edificio emblemático que vale la pena visitar, asistiendo a una función o con una visita guiada. Esta zona es casi frenética, hermosa y elegante pero con una actividad incesante porque es un nodo de tránsito y transporte y porque es el área de los grandes almancenes Lafayette y Printemps. Estas dos galerías me ponen nerviosa francamente por la cantidad de gente que hay siempre pero las visito porque me encanta el sector gastronómico de Printemps y el interior de Lafayette con su cúpula vidriada. Además las dos tienen miradores gratuitos con excelentes vistas de la ciudad y Printemps tiene un sector gourmet donde se nos hace agua la boca.
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Desde la Rue Rivoli les recomiendo llegar a la Opera por la Avenida de la Opera, es magnífica. |
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La galería Lafayette tiene un interior fabuloso coronado por una cúpula vidriada impresionante. Aunque no compren nada vale la pena la visita también por el mirador del último piso. |
Montmartre
Este es sin dudas uno de los barrios más lindos de París. La antigua comuna de Montmartre situada en lo alto de la colina del mismo nombre fue integrada a París en 1860 pero manteniente un clima muy especial, probablemente gracias a la geografía. Es un barrio relacionado con la bohemia por los artistas que lo eligieron para vivir y también con esa vida un poco clandestina de quienes visitaban el Moulin Rouge.
Este es sin dudas uno de los barrios más lindos de París. La antigua comuna de Montmartre situada en lo alto de la colina del mismo nombre fue integrada a París en 1860 pero manteniente un clima muy especial, probablemente gracias a la geografía. Es un barrio relacionado con la bohemia por los artistas que lo eligieron para vivir y también con esa vida un poco clandestina de quienes visitaban el Moulin Rouge.
Hoy a pesar de estar casi siempre invadido de turistas sigue siendo encantador. En 2009 me había hecho una panzada con este barrio pero no quise dejar de pasar aunque fuera un rato.
Champs Elysées a Trocadero
Si de zonas elegantes hablamos estas son muy top. Edificios casi perfectos, perspectivas increíbles, gente elegante por todos lados. Son un poco frías para mi gusto pero hermosas.
Hasta ahora no me había tomado el tiempo de recorrer el parque de los Campos Elíseos donde están el Grand y Petit Palais y en esta ocasión aproveché una reunión cerca de allí y la Noche Europea de los Museos.
El Grand Palais y el Petit Palais fueron construidos para la Exposición Universal de 1900 sobre una avenida construida especialmente para unir la Av. Champs Elysées con la explanada de los Inválidos. Son dos palacios magníficos que combinan la arquitectura en piedra con el hierro y el vidrio. Hoy el Petit Palais es un museo municipal, gratuito como todos ellos, y el Grand Palais se utiliza para todo tipo de exposiciones y eventos incluyendo los increíbles desfiles de Channel.
Siguiendo por la rivera derecha del Sena hacia Trocadero encontramos el Palais de Tokyo, edificio moderno obra de Jean-Claude Dondel y André Aubert de 1937, donde funciona desde 1961 el Museo de Arte Moderno que también visité durante la Noche Europea de los Museos. Una de las obras más especiales del museo es la Sala Dufy que tiene un enorme mural que relata la historia de la electricidad.
La Villette
Uno de los sitios que me quería visitar pero no había podido era el Parque La Villette situado en el distrito 19, al noreste de París, cerca del Boulevard periférico. Este barrio se transformó a partir de los años '80 cuando se construyó el Parque, un enorme espacio público que combina la Ciudad de la Música con salas de espectáculos y exposiciones y un sector de ciencias formado por la Ciudad de las Ciencias y la Industria, la Geode y el Argonauta.
La oportunidad me llegó porque los organizadores de la beca nos invitaron a ver un espectáculo muy interesante, Bartabas y la Academia Ecuestre de Versalles, basado en obras de Stravinsky.

Eso me sirvió de excusa para recorrer el complejo que es un lugar vibrante, lleno de actividades y muy frecuentado por los locales que van a pasear y a participar de los distintos entretenimientos.
También pude visitar una instalación que está siendo furor en el mundo: la proyección de imágenes digitales en todas las caras de un espacio generando un mundo de ilusión impresionante. En mi caso vi la instalación de Team Lab Au-delà des limites que me pareció fabulosa. En L'Atelier de lumières había algo similar basado en obras de Klimt pero no conseguí entradas.
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El espectáculo es grandioso, las imágenes nos envuelven y uno se siente inmerso en ese mundo fantástico. |
Volví caminando por el Canal de l'Ourcq y la Bassin de la Villette que se unen con el Canal Saint Martin, otro sector que tenía muchas ganas de conocer desde que vi a Amelié tirando piedritas al agua y luego, cuando supe que era una zona muy popular con bares y restaurantes de moda.
Mi paseo sucedió un hermoso domingo de otoño y el canal estaba lleno de jóvenes haciendo picnic con vino y quesos (muy francés obviamente) o jugando a la petanque. Me encantó, recomiendo tomarse un tiempo para hacer este recorrido, tomarse un vino y comer unos quesos a orillas del canal.
Todo muy lindo pero no puedo dejar de mencionar que al comienzo del canal Saint Martin, el mismo en el que Ameliè tiraba piedritas, había un grupo de gente sin techo viviendo en carpas. París tiene una cara glamorosa y otra cara oscura y marginal que en esta última visita me pareció mucho más visible.
Uno de esos tesoros es el museo del escultor Antoine Bourdelle, uno de los mejores escultores de Francia que, paradójicamente, tiene su mejor obra en Buenos Aires: el Monumento al Gral. Alvear, ubicado en Av. del Libertador y Posadas en Recoleta. Muy cerca de allí hay otras dos grandes obras suyas: el Centauro y el Arquero, verdaderas maravillas del patrimonio escultórico argentino.
Montparnasse y los Jardines de Luxemburgo
Una reunión relacionada con la beca me llevó al barrio Montparnasse, dominado por la famosa torre, cercano a los jardines de Luxemburgo, a Odeon zona de teatros, a la Fontaine Saint Michel y al Panteón.
La zona de Montparnasse no me había atraído antes pero descubrí edificios muy interesantes, conjuntos con pasajes y patios internos porque París es así, esconde tesoros en casi todas sus cuadras, por eso lo mejor es fijar un destino pero llegar "perdiéndose en el camino".
El museo es su casa atelier y muestra algunas de sus esculturas, sus estudios previos y las herramientas que utilizaba y los modelos para el monumento a Alvear ocupan el lugar de honor. Es realmente precioso, pequeño, muy agradable, con un hermoso patio y es gratuito como todos los museos del Municipio.
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Estas son las maquetas de las obras más importantes de Bourdelle y todas ellas se encuentran en Buenos Aires: el Monumento al Gral. Alvear, el Centauro y el Arquero. |
Y por supuesto están los Jardines de Luxemburgo, uno de los parques más fabulosos de París que originalmente fueran los jardines del palacio del mismo nombre, ampliados por pedido de la reina regente de Francia a principios de 1600, María de Médici. Hoy en el antiguo palacio funciona el Senado.
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Aprovechando que el día estaba hermoso me senté un rato en esas sillitas verdes que hay en muchos parques de París y me animé a dibujar un poco. Ahora estoy estudiando porque mi sueño es poder hacer croquis urbanos. |
Manufactura de gobelinos
Una de las visitas más lindas que me permitió la beca fue la manufactura de gobelinos, tapices, y la sede de Mobilier National (Mobiliario nacional). Esta institución proviene de otra creada por Luis XIV para manejar el mobiliario y la decoración de los distintos palacios y residencias de la realeza que en 1937 fue unida a la manufactura encargada de diseñar y producir estos elementos pero ya no para la monarquía sino para el Estado Nacional. Siglos después siguen cumpliendo las mismas funciones, Mobilier National se encarga de resguardar los bienes muebles y los ubica en los distintos edificios estatales, incluyendo la presidencia, siguiendo los gustos de los funcionarios pero resguardando que los bienes que se utilizan tengan armonía con el ambiente en el que se colocan haciendo una suerte de curaduría.
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Este es el sector donde se producen los tapices, los restauradores pueden pasar hasta 7 años en un mismo proyecto. |
La manufactura produce amoblamiento y piezas decorativas como tapices y alfombras con diseños de artistas contemporáneos que se materializan gracias al trabajo de artesanos que pasan hasta siete años produciendo estas piezas. Estos artesanos se forman en una escuela, que también tiene siglos de antigüedad, en la que los egresados pasan a formar parte de la institución.
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En este edificio se fabrican las alfombras. La que se ve a la izquierda estaba en plena producción y restaban en ese momento dos años de trabajo. |
Como arquitecta trabajo para el estado hace muchos años, siempre dedicada al patrimonio, y admito que me produjo envidia porque nosotros también deberíamos tener un organismo similar para resguardar y para crear.
Mobilier National funciona desde 1937 en un edificio construido en los jardines de la antigua manufactura de gobelinos por el arquitecto Gustave Perret, pionero en la construcción con hormigón armado.
La Manufactura fue responsable en 2018 de la restauración del tapiz en honor a San Martín que Francia le obsequió a la Argentina en 1910 y que desde entonces se encuentra en la llamada Escalera Francia en la Casa de Gobierno o Casa Rosada.
Parte de este gran complejo puede ser visitado: la Galería de Gobelinos que exhibe algunas de las piezas más valiosas, y las manufacturas en París y en otras ciudades de Francia.
Queda cerca de Place d'Italie una zona que vale mucho la pena visitar porque por aquí está el barrio chino y sobre todo la Biblioteca Nacional Miterrand y el barrio moderno conocido como Paris Rive Gauche. Esta vez no la recorrí pero aquí les dejo algunas impresiones de 2009.
UNESCO
Otra de las visitas fascinantes que hacía mucho quería hacer fue a la UNESCO donde tuve oportunidad de reunirme con los responsables del Centro de Patrimonio Mundial.
Cuando visité Nueva York por primera vez hice la visita guiada a la ONU y me gustó porque estaba visitando una institución clave a nivel mundial y además de ser un edificio clave de la arquitectura moderna en el que participaron arquitectos de varios países como Oscar Niemeyer, Le Corbusier y Julio Vilamajó.
UNESCO es una organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura que tiene su sede en París en un conjunto edilicio sobresaliente construido entre 1953 y 1958 por grandes profesionales de tres nacionalidades diferentes: Marcel Breuer de Hungría, Bernard Zehrfuss de EEUU y Pier Luigi Nervi de Italia, mostrando en esta elección el carácter internacional del organismo. El complejo cuenta con obras de arte de Picasso, Miró, Tapies y Le Corbusier, entre otros.
Ocupa una manzana en el distrito VII, uno de los más elegantes y exclusivos de la ciudad, frente a la Escuela Militar y muy cerca de la Torre Eiffel. Está compuesto por un gran bloque con forma de Y que aloja las oficinas y otro bloque con tres auditorios en los que se desarrollan las reuniones y convenciones. En el predio hay otros edificios como una pequeña y encantadora capilla diseñada por el japonés Tadao Ando.
Como fui a una reunión no pude recorrerlo como me hubiera gustado pero sí pude vivir por unos momentos ese clima tan especial dado por la confluencia de personas de todas las nacionalidades imaginables, cada uno con su impronta, trabajando, intercambiando y compartiendo. Tuve la fortuna de que ese día hubiera una feria de arte y artesanías africanas que le agregó mucho color.
Coroné la visita con un almuerzo en el comedor de personal que sin dudas tiene una de las mejores vistas del mundo.
Hay varios lugares a los que no les dediqué tiempo esta vez porque ya los había visitado y preferí recorrer lugares nuevos pero hice mi pasadita porque lo merecen.
+ Info
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El Sena. Es la principal arteria de la ciudad, no divide sino que vincula. Recorrer las riberas y cruzar alguno de sus puentes es un verdadero placer como lo es navegarlo cosa que recomiendo hacer por lo menos una vez. Además el río es un espacio público más y en los días lindos es muy habitual ver gente sentada en sus orillas descansando o haciendo un picnic. |
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El Barrio Latino es otro lugar fabuloso y aunque el turismo lo invadió hace tiempo sigue siendo hermoso recorrer sus calles, desde las más concurridas cerca de la fuente Saint Michel a las más tranquilas alrededor del Panteón. |
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La Défense ubicada sobre el boulevar periférico en la continuación de Champs Elysées es un barrio de negocios que comenzó a desarrollarse en la década del 60 con una arquitectura moderna y en altura que no vamos a encontrar en el centro de la ciudad. El edificio icono es el Gran Arco de los arquitectos Johan Otto von Spreckelsen, Paul Andreu y Peter Rice inaugurado en 1990. No me encanta y aún así fui cada vez que visité París, esta vez lo hice porque quería ver qué había del otro lado pero al final no bajé. |
Séjours Culture
Termino con una imagen del grupo con quien compartí la beca integrado por gente de veinte países como Perú, Uruguay, Senegal, Cabo Verde, Mongolia, Irán, Israel y Brasil. Siempre es un placer visitar Francia y compartir experiencias con los agentes culturales de ese país y más aún si se suma gente de sitios tan diversos e interesantes.
Alojamiento
Me alojé en el Apart hotel Citadines République. Esta cadena, que está en varias ciudades de Europa, es realmente muy buena y si bien mi alojamiento fue cubierto por la beca pagué una noche más por mi cuenta y el precio era muy razonable. Tiene habitaciones tipo apartamento con una cocina pequeña pero completa y un baño completo, en el sector de dormitorio además hay un escritorio porque está pensado para gente que viaja por trabajo.
Hay varios hoteles de la cadena en la ciudad, de hecho yo me alojé en el de Montmartre en 2009.
El Metro es el medio de transporte perfecto porque hay muchas líneas que cubren toda la ciudad y el mismo sistema del metro circulan los trenes de cercanías que van a las afueras, para colmo el horario es extenso por lo que se puede viajar también de noche.
Viajar en el subterráneo parisino además es toda una experiencia en primer lugar para mí por la variedad de gente que los usa, siempre pienso que el transporte público es el mejor lugar para ver realmente a los habitantes de un lugar, y también porque algunas de las estaciones son muy especiales y en algunos tramos el metro corre elevado brindando vistas geniales de la ciudad.
Atracciones
Los museos están muy caros y ya visité los que más quería así que en este viaje sólo sumé el Museo de Arte Moderno y el Petit Palais, ambos gratuitos porque son de la ciudad, y el Museo Picasso como parte de la beca. Sólo pagué la entrada para Team Lab y valió la pena.
Gastronomía
Debo admitir que salvo la pastelería en mis tres visitas la cocina francesa no me maravilló pero esto se debe sin dudas a no saber bien adonde comer y a la falta de presupuesto también.
La primera vez caí en todos los lugares turísticos donde la comida no es excelente, la segunda vez fui a un par de restaurantes pero como vivía en un apart solía cocinarme la cena y aunque cocino bien lo mío no es Cordon Blue. Esta vez cuando comía afuera traté de evitar los menúes turísticos y elegí comer en los típicos bistrós, ahí sí la comida me gustó mucho, la encontré genuina, sencilla y buena, pero sigue sin deslumbrarme como me deslumbró a la primera por ej. la comida griega.
Me parece que tengo que volver a Francia para hacer un tour gastronómico comme il faut.
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De arriba abajo, de izquierda a derecha: la famosa sopa de cebolla y dorado grillado en un bistro de Montparnasse, muy bueno; sandwich de falafel en un lugar muy popular del Marais, porque me encanta y este estaba genial; el sector gourmet de las galerías Le Bonne Marché con delicias de todo el mundo, un mundo inalcanzable para mi bolsillo lamentablemente; helado con macarrons de Amorino, super goloso y muy rico; los perfectos macarrons de La Durée; chocolate caliente de Angelina mientras paseaba por las Tullerías; un crépe con sidra en Montmartre; y el famoso cafecito con vista. Y en el centro una cena con amigos: la restauradora argentina Alejandra Rubinich y el restaurador francés Antoine Amarger. |
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Esta es la última imagen que tuve de París: la instalación del artista argentino Leandro Erlich Maison Fond ubicada en el frente de la Gare du Nord. |
Bonus track
Cuando volví de China en 2018 viajamos por Airfrance y tuvimos una escala de 9 horas en París que aprovechamos para dar una vueltita. Aquí está.
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