Como conté en mis entradas anteriores mi viaje a Australia incluyó una parada muy deseada en Singapur, gracias en parte a mis ganas de conocer esa sorprendente ciudad y también a las extrañas tarifas aéreas.
Singapur es un punto de conexión en Asia, su aeropuerto es uno de los más grandes y más completos del mundo, pero esta ciudad es mucho más que un stop y vale la pena una visita. Es una mezcla super atractiva de tradición con modernidad, mucha presencia de la naturaleza, diseño sorprendente y buen gusto.
Quienes hayan visitado Asia habrán visto que desde lo estético muchas de las construcciones son extrañas, por decirlo delicadamente, y en mi impresión a veces la riqueza y las posibilidades tecnológicas se muestran de manera exagerada y un tanto absurda (ej. Dubai) pero Singapur parece ser más lógica y sustentable.
Singapur es la capital del pequeñísimo país del mismo nombre (697 km²), parece casi un intruso de Malasia, compuesto por 63 islas, que tiene una riquísima historia: fue parte de varios imperios hasta que en 1819 fue fundado como puesto comercial de la Compañía Británica de las Indias Orientales, mantuvo su dependencia del Reino Unido hasta su independencia como estado de Malasia en 1963.
Desde entonces prosperó rápidamente gracias a haberse convertido en un centro mundial de negocios, es el tercer país con mayor renta per cápita del mundo, y es líder en educación, sanidad, innovación y tecnología y también es uno de los puertos de mercadería más importantes. Tiene una gran población de origen chino y en menor medida malayo e indio.
En los últimos años han desarrollado mucho el turismo atraído por su clima cálido, tradiciones como el barrio chino, la modernidad reflejada en impactantes construcciones, atracciones como parques de diversiones y hasta playas artificiales creadas gracias a la importación de toneladas de arena desde Indonesia.
Otro factor importante de atracción es la seguridad. Es una democracia parlamentaria multipartidaria pero tienen un gobierno muy fuerte con tolerancia 0 a los delitos y a las faltas y contravenciones. Hay muchísimas restricciones sobre todo para los habitantes pero, por ej., no se puede mascar chicle en ningún lado, no se puede fumar en el espacio público, y definitivamente están prohibidas las drogas y las penas son muy duras al respecto. La verdad es que me enteré de eso después, aunque algo me habían dicho, y para mí no fue nada significativo (no fumo ni consumo drogas, ni siquiera me gusta mucho el chicle) y la verdad es la impresión es que las calles son muy seguras y tranquilas aunque de ninguna manera aburridas.
Así que adelante! Si tienen oportunidad de visitar Singapur no la dejen pasar, vale la pena y espero poder mostrarles algo de su belleza.
Uno de los grandes atractivos de las ciudades es claramente la arquitectura y Singapur se luce en este sentido por ejemplo con el hotel Marina Bay Sands que tiene la mejor piscina urbana del mundo. Y empiezo mi relato por acá porque lo primero que hice cuando llegué fue dirigirme a este hotel adonde había reservado una noche. No es barato, obviamente, pero si reservan con tiempo pueden conseguir tarifas razonables para un hotel de este tipo y la experiencia de estar en una piscina increíble suspendida 57 pisos por encima del mundanal ruido es simplemente maravillosa.
Además aunque el check inn es a las 14 como en cualquier hotel, permiten el ingreso a la piscina desde antes por lo que es posible disfrutarla todo el día hasta las 23 hs. Y exactamente eso hice con una breve pausa para hacer el check inn y bajar a comprar algo de comida al mall (The shoppes) que está frente al hotel.
La piscina está sobre la ciudad y en la parte de atrás hay jacuzzis (que obviamente también probé), spa, restaurante, bar y sobre un extremo está el Observatorio al que puede acceder el público general (la entrada es paga, es gratis para huéspedes) que tiene la misma vista aunque no se siente el mismo placer.
Lo único malo de pasar sólo una noche allí es que no alcanza el tiempo para disfrutar de la pileta y de la habitación a pleno, hay que elegir, pero no diría que es un sacrificio ;)
Por la noche salí a recorrer un poco el área de la bahía ya que no pensaba volver a la zona y también visité los fabulosos Gardens by the Bay (jardines junto a la bahía) que están justo detrás del hotel. Repetí la visita al día siguiente porque merecen ser vistos también a la luz del día.
Los jardines tienen varios sectores para recorrer por ejemplo el Flower Dome y el Cloud Forest que son como invernaderos gigantescos llenos de una fabulosa vegetación, pasarelas suspendidas y cascadas. Y esos árboles gigantescos son el Supertree Grove y Skywalk, una estructura realmente asombrosa. Todas estas atracciones tienen un costo, yo visité los domos pero no subí al skywalk (siempre hay que dejar algo pendiente no?)
Después de recorrer los jardines busqué mi valija en el hotel y crucé a tomar el subterráneo, en el subsuelo del shopping, porque como Cenicienta mi vida de lujo había terminado (a las 12pm con el check out en mi caso) y tenía que ir a mi nuevo destino para las siguientes dos noches: habitación para 10 en un hostel del barrio chino. Qué vamos a hacer...
Sin dudas me hubiera gustado permanecer en el Marina pero creo que si me hubiera quedado no habría salido del hotel así que no estuvo tan mal cambiar. El barrio chino es una muy buena ubicación porque es un barrio lindo, muy activo, con mercados, negocios, restaurantes, templos y otras atracciones, y desde allí se puede ir caminando a otros sitios como Clarke Quay, Orchard Road y también la bahía.
En mi primera tarde en el barrio paseé por ahí disfrutando del colorido caos y de las decoraciones del año nuevo chino, en 2017 comenzaba el año del gallo.
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Alojamiento
Ya les hablé bastante del Marina Bay Sands. El otro hotel en el que me alojé fue el Adler Hostel and Coffee Lounge, un hostel boutique muy lindo con habitaciones compartidas pero con el sistema de camas tipo cabina, en este caso cerradas por cortinas. Cada cama tiene un pequeño armario, luz y enchufes. Es muy tranquilo, las instalaciones están bien decoradas y muy limpias, incluye el desayuno y tiene una cafetería en la planta baja. Muy recomendable.
Transporte
Desde el aeropuerto se puede tomar un shuttle a los hoteles y para recorrer la ciudad lo mejor es el subterráneo. Hay pases de varios viajes pero yo los sacaba de a uno porque hice muchas cosas caminando.
Gastronomía
Hay de todo pero predomina la comida asiática, obviamente. Como en Australia también había bastante de esto yo estaba un poco cansada así que sucumbí y me fui a un McDonalds. El dios de los viajeros me castigó y mi hamburguesa "classic angus" terminó siendo más picante y asiática que cualquier otra cosa. Lo mejor que probé en Singapur fue el pollo que les mostré antes, las frutas frescas que en esta zona abundan y los helados de Movenpik, que también está en Australia.
Compras
Lo que quieran desde las baratijas del barrio chino a Dior pasando por H&M y Desigual. Yo no compré pero hay muchos locales para comprar té incluyendo el genuino Twinning.
Hasta aquí llegó mi paseo por Singapur, una ciudad a la que me gustaría volver si mis próximos recorridos me llevaran por allí.
Singapur es un punto de conexión en Asia, su aeropuerto es uno de los más grandes y más completos del mundo, pero esta ciudad es mucho más que un stop y vale la pena una visita. Es una mezcla super atractiva de tradición con modernidad, mucha presencia de la naturaleza, diseño sorprendente y buen gusto.
Quienes hayan visitado Asia habrán visto que desde lo estético muchas de las construcciones son extrañas, por decirlo delicadamente, y en mi impresión a veces la riqueza y las posibilidades tecnológicas se muestran de manera exagerada y un tanto absurda (ej. Dubai) pero Singapur parece ser más lógica y sustentable.
Singapur es la capital del pequeñísimo país del mismo nombre (697 km²), parece casi un intruso de Malasia, compuesto por 63 islas, que tiene una riquísima historia: fue parte de varios imperios hasta que en 1819 fue fundado como puesto comercial de la Compañía Británica de las Indias Orientales, mantuvo su dependencia del Reino Unido hasta su independencia como estado de Malasia en 1963.
Desde entonces prosperó rápidamente gracias a haberse convertido en un centro mundial de negocios, es el tercer país con mayor renta per cápita del mundo, y es líder en educación, sanidad, innovación y tecnología y también es uno de los puertos de mercadería más importantes. Tiene una gran población de origen chino y en menor medida malayo e indio.
Otro factor importante de atracción es la seguridad. Es una democracia parlamentaria multipartidaria pero tienen un gobierno muy fuerte con tolerancia 0 a los delitos y a las faltas y contravenciones. Hay muchísimas restricciones sobre todo para los habitantes pero, por ej., no se puede mascar chicle en ningún lado, no se puede fumar en el espacio público, y definitivamente están prohibidas las drogas y las penas son muy duras al respecto. La verdad es que me enteré de eso después, aunque algo me habían dicho, y para mí no fue nada significativo (no fumo ni consumo drogas, ni siquiera me gusta mucho el chicle) y la verdad es la impresión es que las calles son muy seguras y tranquilas aunque de ninguna manera aburridas.
Uno de los grandes atractivos de las ciudades es claramente la arquitectura y Singapur se luce en este sentido por ejemplo con el hotel Marina Bay Sands que tiene la mejor piscina urbana del mundo. Y empiezo mi relato por acá porque lo primero que hice cuando llegué fue dirigirme a este hotel adonde había reservado una noche. No es barato, obviamente, pero si reservan con tiempo pueden conseguir tarifas razonables para un hotel de este tipo y la experiencia de estar en una piscina increíble suspendida 57 pisos por encima del mundanal ruido es simplemente maravillosa.
Una vez más digo, si pueden pasen aunque sea una noche en este hotel, porque la habitación no está nada mal tampoco, con amenities de Roberto Cavalli y todo. El desayuno no está incluido en la tarifa así que compré algunas cositas para desayunar en la habitación y ojo con el mini bar! funciona por peso así que si levantan alguna bebida para ver qué es se las van a cobrar.
Por la noche salí a recorrer un poco el área de la bahía ya que no pensaba volver a la zona y también visité los fabulosos Gardens by the Bay (jardines junto a la bahía) que están justo detrás del hotel. Repetí la visita al día siguiente porque merecen ser vistos también a la luz del día.
Los jardines tienen varios sectores para recorrer por ejemplo el Flower Dome y el Cloud Forest que son como invernaderos gigantescos llenos de una fabulosa vegetación, pasarelas suspendidas y cascadas. Y esos árboles gigantescos son el Supertree Grove y Skywalk, una estructura realmente asombrosa. Todas estas atracciones tienen un costo, yo visité los domos pero no subí al skywalk (siempre hay que dejar algo pendiente no?)
Después de recorrer los jardines busqué mi valija en el hotel y crucé a tomar el subterráneo, en el subsuelo del shopping, porque como Cenicienta mi vida de lujo había terminado (a las 12pm con el check out en mi caso) y tenía que ir a mi nuevo destino para las siguientes dos noches: habitación para 10 en un hostel del barrio chino. Qué vamos a hacer...
Sin dudas me hubiera gustado permanecer en el Marina pero creo que si me hubiera quedado no habría salido del hotel así que no estuvo tan mal cambiar. El barrio chino es una muy buena ubicación porque es un barrio lindo, muy activo, con mercados, negocios, restaurantes, templos y otras atracciones, y desde allí se puede ir caminando a otros sitios como Clarke Quay, Orchard Road y también la bahía.
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| En el barrio chino y sus alrededores hay montones de rincones para descubrir: templos de distintas religiones, pequeñas plazas, calles con galerías y mucho más. Vale la pena lanzarse a explorar. |
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| Marina Bay desde el otro lado con el Merlion, animal fantástico con el que se identifica la ciudad, en primer plano. La zona bancaria y el Museo de Civilizaciones Asiáticas están a sólo unos pasos. |
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| Aquí un popurrí: el Ministerio de Telecomunicaciones, uno de los edificios más fotografiados por sus ventanas en arcoiris, un poco de Orchard Road, la calle comercial por excelencia en donde van a encontrar todas las tiendas que puedan imaginar, y un poco más del barrio chino porque no deben dejar de ir a uno de los mercados de comida para probar el plato típico de la ciudad, un pollo laqueado con salsa de soja y arroz exquisito. El Ministerio está muy cerca de Clarke Quay por donde sólo pasé pero ese también es un lindo lugar para tomar un trago y desde ahí se puede tomar un barquito hasta la bahía. |
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| Entre el barrio chino y el downtown hay una zona que me encantó porque mezcla las típicas casas de dos pisos con sus fachadas coloridas, con modernos edificios de hoteles y oficinas. Además tiene muchos lugares lindísimos para comer o tomar un trago. |
Me faltó mostrarles Little India porque fui pero no me gustó así que volví enseguida sin sacar ni una foto, y el barrio árabe que vi en el city tour pero al que no pude volver. Y si tienen más tiempo pueden visitar Universal Studios o las playas de Sentosa
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Alojamiento
Ya les hablé bastante del Marina Bay Sands. El otro hotel en el que me alojé fue el Adler Hostel and Coffee Lounge, un hostel boutique muy lindo con habitaciones compartidas pero con el sistema de camas tipo cabina, en este caso cerradas por cortinas. Cada cama tiene un pequeño armario, luz y enchufes. Es muy tranquilo, las instalaciones están bien decoradas y muy limpias, incluye el desayuno y tiene una cafetería en la planta baja. Muy recomendable.
Transporte
Desde el aeropuerto se puede tomar un shuttle a los hoteles y para recorrer la ciudad lo mejor es el subterráneo. Hay pases de varios viajes pero yo los sacaba de a uno porque hice muchas cosas caminando.
Gastronomía
Hay de todo pero predomina la comida asiática, obviamente. Como en Australia también había bastante de esto yo estaba un poco cansada así que sucumbí y me fui a un McDonalds. El dios de los viajeros me castigó y mi hamburguesa "classic angus" terminó siendo más picante y asiática que cualquier otra cosa. Lo mejor que probé en Singapur fue el pollo que les mostré antes, las frutas frescas que en esta zona abundan y los helados de Movenpik, que también está en Australia.
Compras
Lo que quieran desde las baratijas del barrio chino a Dior pasando por H&M y Desigual. Yo no compré pero hay muchos locales para comprar té incluyendo el genuino Twinning.
Hasta aquí llegó mi paseo por Singapur, una ciudad a la que me gustaría volver si mis próximos recorridos me llevaran por allí.
Próximo viaje... Nueva York!
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