La primera escala, y plato fuerte, de nuestro recorrido en auto por el oeste fue el Gran Cañón del Colorado, una impresionante formación geológica, más grande de lo que uno pueda imaginar.
Subimos de nuevo al auto y nos dirigimos por fin al GC. Como se dice una imagen vale más que mil palabras así que van a ver muchas fotos pero primero paso algunos "datos útiles".
Lo mejor al ingresar es ir al Centro de Visitantes para conseguir un mapa y algo de información.
Todo el complejo está muy bien organizado, hay centros de información, sanitarios, alojamientos, restaurantes y cafeterías, bancos, supermercados, negocios y hasta lavanderías, incluso hay una pequeña ciudad donde deben vivir los empleados, pero todos estos servicios se insertan con mucho respeto en el entorno natural. De hecho cuando uno está caminando por el borde del cañón ni siquiera recuerda la presencia de toda esa infraestructura.
Para llegar ahí salimos desde Los Angeles (el recorrido completo está en la entrada anterior) y nos dirigimos a Williams para pasar la noche previa a nuestra visita al parque. Esta pequeña ciudad está a sólo una hora del GC y tiene alojamientos muy económicos.
La idea original era tomar la mítica Ruta 66, que atraviesa Estados Unidos desde Los Angeles hasta Chicago, pero hoy no es más que un camino de dos carriles, no muy bien señalizado, y sin la comodidad de las autopistas americanas así que no la tomamos (es más para motoqueros aventureros que para 4 chicas dependientes del gps) pero viajamos durante muchos kilómetros justo al lado, por la ruta 40.
Las rutas son excelentes, están en muy buen estado y bien señalizadas aunque hay que estar atentos a las salidas. Igual, al menos para los turistas, el GPS es imprescindible y conviene hacerle caso porque puede que no marque el camino más vistoso pero siempre indica el más corto. En Argentina los primeros GPS tenían la voz de una española a la que nosotros, con cariño, llamamos "la gallega". Y bueno, a nuestra gallega la bautizamos Penélope y fue una gran compañera, aunque un poco mandona, siempre había que hacer lo que ella quería.
El viaje toma unas 8 horas así que llegamos a Williams como a las 22hs. Dejamos el auto en el hotel y salimos a comer algo pero, aunque era sábado a la noche, esto fue lo que encontramos. Nada!
Camino a Williams |
Entre la ruta y el horizonte hay una línea más oscura. Esa es la ruta 66, un camino paralelo a la ruta 40 por la que íbamos. |
Ahí está Penélope justo en el medio! |
Lo único abierto a esa hora era el Canyon Club y era noche de karaoke! Fuimos, obvio, y fue increíble. El lugar era de película, con su barra, su camarera atractiva pero algo entrada en años, los habitués tomando cerveza o jugando al tejo o al pool, y las chicas con botas tejanas y buena voz animando el karaoke. En ese momento éramos las únicas turistas (acababan de irse dos ingleses) y nos recibieron muy bien, hasta intentaron hacernos cantar sin mucho éxito. Fue medio surrealista pero muy divertido y lo que más nos gustó fue que era auténtico.
Al día siguiente nos levantamos tranquilas, desayunamos en el patio del hotel y quisimos recorrer la ciudad antes de irnos y bueno... nos llevó como 10 minutos. Hay negocios de souvenirs, memorabilia de la ruta 66, algunos locales estilo años 50 y poco más. Igual, nos gustó, es muy "simpático".
Observen el personaje que asoma sobre nosotras! |
Grand Motel |
Subimos de nuevo al auto y nos dirigimos por fin al GC. Como se dice una imagen vale más que mil palabras así que van a ver muchas fotos pero primero paso algunos "datos útiles".
El Gran Cañón tiene dos sectores vistables: el sur y el norte (south rim y north rim). Lo más habitual es visitar el sector sur que está abierto todo el año, mientras que el norte cierra en invierno. Es tan grande que recorrerlo todo llevaría días o semanas y no todos los sectores son accesibles.
Lo mejor al ingresar es ir al Centro de Visitantes para conseguir un mapa y algo de información.
Básicamente hay un camino bordeando el cañón llamado Rim Trail que conduce a los distintos miradores. Este camino es peatonal pero muy cerca hay una ruta para ir de un mirador a otro en auto o en los buses gratuitos que la recorren durante todo el día y son una muy buena opción para volver después de un día entero de caminata.
Todo el complejo está muy bien organizado, hay centros de información, sanitarios, alojamientos, restaurantes y cafeterías, bancos, supermercados, negocios y hasta lavanderías, incluso hay una pequeña ciudad donde deben vivir los empleados, pero todos estos servicios se insertan con mucho respeto en el entorno natural. De hecho cuando uno está caminando por el borde del cañón ni siquiera recuerda la presencia de toda esa infraestructura.
Si se dispone del tiempo es aconsejable pasar una noche dentro del parque para poder disfrutarlo a pleno y no tener que correr con los horarios. Además tanto el atardecer como el amanecer son muy hermosos. Hay varios hoteles disponibles, además de campamentos, son un poco costosos pero valen la pena por su cercanía al cañón.
Caminamos desde nuestro hotel hacia el oeste, hasta Hopi Point donde vimos el atardecer, y a la mañana siguiente nos despertamos muy temprano para ver el amanecer en Yavapai Point. Volvimos para desayunar y antes de irnos recorrimos el camino hacia el este hasta Desert View desde donde salimos a la ruta que nos llevaría a Monument Valley.
Antes de pasar a las fotos cuento un poco lo que yo sentí. Sabía, por las imágenes que había visto alguna vez, que el Gran Cañón era inmenso e impactante pero nunca me había imaginado cuánto ni había pensado demasiado en cómo era realmente. En una reacción un poco tonta, sobre todo tratándose de un "cañón", me sorprendí de que se tratara de una depresión, una hendidura, en la tierra que uno contempla desde arriba, aunque también se pude bajar y llegar hasta el río Colorado. También me sorprendió su inmensidad, es imposible abarcarlo con la mirada. Es algo realmente fabuloso y a lo largo del camino se van descubriendo distintas formas, aunque nuestro punto de vista no varíe demasiado, y el color de la roca cambia a medida que avanza el día. Al mediodía cuando llegamos el paisaje estaba como quemado por la intensidad del sol, pero con el transcurrir de la tarde fueron apareciendo tonos rojizos que alcanzaron su máximo esplendor con el atardecer. El amanecer es otro momento inolvidable. Hay que levantarse muy temprano, antes de las 6 de la mañana, pero vale la pena porque el cañón, que en ese momento está oculto en la noche, va revelándose de a poco con tonalidades azuladas hasta descubrirse completamente con la luz diáfana de la mañana.
Me resulta muy difícil describir lo que vi, sólo puedo recomendar que vayan si tienen la oportunidad y espero que las fotos puedan mostrar aunque sea un poquito de esta maravilla.
Caminamos desde nuestro hotel hacia el oeste, hasta Hopi Point donde vimos el atardecer, y a la mañana siguiente nos despertamos muy temprano para ver el amanecer en Yavapai Point. Volvimos para desayunar y antes de irnos recorrimos el camino hacia el este hasta Desert View desde donde salimos a la ruta que nos llevaría a Monument Valley.
Antes de pasar a las fotos cuento un poco lo que yo sentí. Sabía, por las imágenes que había visto alguna vez, que el Gran Cañón era inmenso e impactante pero nunca me había imaginado cuánto ni había pensado demasiado en cómo era realmente. En una reacción un poco tonta, sobre todo tratándose de un "cañón", me sorprendí de que se tratara de una depresión, una hendidura, en la tierra que uno contempla desde arriba, aunque también se pude bajar y llegar hasta el río Colorado. También me sorprendió su inmensidad, es imposible abarcarlo con la mirada. Es algo realmente fabuloso y a lo largo del camino se van descubriendo distintas formas, aunque nuestro punto de vista no varíe demasiado, y el color de la roca cambia a medida que avanza el día. Al mediodía cuando llegamos el paisaje estaba como quemado por la intensidad del sol, pero con el transcurrir de la tarde fueron apareciendo tonos rojizos que alcanzaron su máximo esplendor con el atardecer. El amanecer es otro momento inolvidable. Hay que levantarse muy temprano, antes de las 6 de la mañana, pero vale la pena porque el cañón, que en ese momento está oculto en la noche, va revelándose de a poco con tonalidades azuladas hasta descubrirse completamente con la luz diáfana de la mañana.
Me resulta muy difícil describir lo que vi, sólo puedo recomendar que vayan si tienen la oportunidad y espero que las fotos puedan mostrar aunque sea un poquito de esta maravilla.
Centro de visitantes |
La primera vista del cañón desde Mather Point, muy cerca del centro de visitantes. |
Yavapai Point |
Durante el recorrido se encuentran estas placas que marcan la antigüedad del cañón que , a la altura de Hopi Point, supera los 4.000 millones de años. |
Grandeur Point |
+ info
Entrada
Pagamos U$S 25 por auto (el precio varía según el tipo de vehículo) y por 7 días lo cual es muy barato porque la entrada incluye los buses que circulan dentro del parque. También hay un pase anual que cuesta U$S 50.
Alojamiento
En Williams hay varios hoteles económicos y realmente es una gran opción por su cercanía con el cañón, apenas 1 hora de distancia. Nosotras nos alojamos en el Grand Motel. Tiene una gran relación precio-servicios, U$S 60 por una habitación para 4 con desayuno y estacionamiento gratuito.
En el Cañón hay varios hoteles que pertenecen a la empresa Xanterra Lodges. Nosotras nos quedamos en el Yavapai Lodge y estuvo muy bien pero lo mejor es quedarse en El Tovar, el más lujoso, o en Bright Angel, tipo cabañas, que están justo frente al cañón. Es importante reservar con tiempo porque las plazas se agotan con mucha anticipación. Todos tienen un restaurante dentro del edificio o en las cercanías, el nuestro además estaba frente al Market Plaza que es como un pequeño centro comercial.
Entrada
Pagamos U$S 25 por auto (el precio varía según el tipo de vehículo) y por 7 días lo cual es muy barato porque la entrada incluye los buses que circulan dentro del parque. También hay un pase anual que cuesta U$S 50.
Alojamiento
En Williams hay varios hoteles económicos y realmente es una gran opción por su cercanía con el cañón, apenas 1 hora de distancia. Nosotras nos alojamos en el Grand Motel. Tiene una gran relación precio-servicios, U$S 60 por una habitación para 4 con desayuno y estacionamiento gratuito.
En el Cañón hay varios hoteles que pertenecen a la empresa Xanterra Lodges. Nosotras nos quedamos en el Yavapai Lodge y estuvo muy bien pero lo mejor es quedarse en El Tovar, el más lujoso, o en Bright Angel, tipo cabañas, que están justo frente al cañón. Es importante reservar con tiempo porque las plazas se agotan con mucha anticipación. Todos tienen un restaurante dentro del edificio o en las cercanías, el nuestro además estaba frente al Market Plaza que es como un pequeño centro comercial.
Yavapai |
El Tovar - Bright Angel
Comida
En varios de los hoteles del Cañón hay restaurantes y cafeterías de distintas categorías. El restaurante del Tovar es el más exclusivo y también el más caro, Yavapai tiene una cafetería con comida rápida pero en la Market Plaza que está enfrente hay un supermercado que también vende comida preparada. Lo único para tener en cuenta son los horarios porque algunos cierran temprano.
Realmente no compramos nada pero tanto en Williams como en el Cañón hay negocios con souvenirs y cosas típicos de la región como joyas, artículos de cuero, licores, conservas, etc.
En varios de los hoteles del Cañón hay restaurantes y cafeterías de distintas categorías. El restaurante del Tovar es el más exclusivo y también el más caro, Yavapai tiene una cafetería con comida rápida pero en la Market Plaza que está enfrente hay un supermercado que también vende comida preparada. Lo único para tener en cuenta son los horarios porque algunos cierran temprano.
Realmente no compramos nada pero tanto en Williams como en el Cañón hay negocios con souvenirs y cosas típicos de la región como joyas, artículos de cuero, licores, conservas, etc.
Local de artesanías de Desert View
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